La deuda de los hogares españoles se reduce un 2% y su riqueza crece un 6,1% pese a la pérdida de peso de los depósitos
La riqueza de las familias españoles resiste, pese al alza de precios y a las subidas de los tipos de interés. Según las cuentas financieras publicadas este martes por el Banco de España, los hogares redujeron su volumen de deuda un 2,02% en el segundo trimestre de 2023, al mismo tiempo que la riqueza financiera neta creció un 6,1% en tasa interanual hasta alcanzar los 2,05 billones de euros, pese a la pérdida de peso de los depósitos.
La diferencia entre los activos —es decir, dinero en efectivo, acciones, depósitos, etc.— y las deudas de las familias e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (ISFLSH) se amplió en el segundo trimestre un 6,1% en comparación con el mismo periodo de 2022, acelerando así su crecimiento con respecto al arranque del año, en el que el alza había sido del 2,9%. En concreto, los activos de las familias aumentaron un 3,9% hasta los 2,81 billones de euros, gracias especialmente a su revalorización positiva, pero también debido a la adquisición de nuevos productos financieros, sobre todo mediante la compra de deuda y la participación en fondos e inversión.
Por su parte, los depósitos perdieron peso —2 puntos porcentuales— entre el conjunto de instrumentos utilizados por las hogares para salvaguardar sus ahorros, aunque siguen siendo la opción mayoritaria al acumular el 38% de los activos. En particular, concentraron 1,06 billones de euros, frente a los 1,07 billones que alcanzaron en el segundo trimestre de 2022. Le siguen las participaciones en el capital, las participaciones en fondos de inversión y los seguros y fondos de pensiones, que representan respectivamente el 31%, el 15% y el 12% del total.
El retroceso de los depósitos se enmarca en un contexto de encarecimiento de los precios y de subida de los tipos de interés. El endurecimiento de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo, que ha elevado hasta el 4,5% el tipo principal de financiación, ha redoblado la presión sobre el bolsillo de las familias con hipotecas a tipo variable. En poco más de un año el organismo dirigido por Christine Lagarde ha acometido nueve subidas consecutivas de entre 0,75 y 0,25 puntos. Cada alza de 0,25 puntos supone de media, para un préstamo hipotecario de 150.000 euros a 25 años con un diferencial de un punto sobre el euríbor, un incremento de 31 euros en la cuota mensual.
Sin embargo, las subidas de tipos no han empujado consigo la rentabilidad de los depósitos, o al menos no en la misma proporción, tal y como el propio gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, reconoció este lunes en un encuentro financiero organizado por Expansión y KPMG. Hernández de Cos apuntó a que el incremento del euríbor «solo se ha trasladado de manera parcial» al coste medio de los depósitos minoristas. De hecho, la escasa rentabilidad de estos instrumentos tradicionales impulsaron a muchos inversores a buscar vías alternativas, como se evidenció en la ‘fiebre’ por las letras del tesoro vivida a principios de año.
A pesar del incremento, el peso de los activos financieros de las familias sobre el PIB se redujo 10,6 puntos porcentuales hasta una ratio del 199,5%, debido a la expansión de la economía española. El Instituto Nacional de Estadística (INE) revisó una décima al alza el PIB del segundo trimestre a finales de septiembre, apuntando a que la producción nacional avanzó un 0,5% entre abril y junio. Según esos datos, el nivel de PIB prepandemia se recuperó ya en el tercer trimestre del año pasado, seis meses antes de lo que apuntaban los datos anteriores.
Deuda a la baja
Según los datos del Banco de España, al mismo tiempo que aumentaron sus activos, los hogares también redujeron su deuda. En particular, el volumen mermó de 717.100 millones de euros en junio de 2022 a 703.200 en el mismo mes de 2023, lo que supone un ligero descenso interanual del 2,02%. Más pronunciado ha sido la caída en términos de PIB. La ratio de endeudamiento de las familias disminuyó en el segundo trimestre hasta el 49,9%, frente al 55,6% que alcanzaba un año antes.
Del mismo modo, también las empresas aminoraron un 2,49% su deuda por cuarto trimestre consecutivo, hasta los 939.000 millones de euros, frente a los 963.000 millones que acumulaban en el segundo trimestre de 2022. En consecuencia, la ratio de endeudamiento de las sociedades no financieras pasó del 74,8% del PIB en junio de 2022 al 66,6% a mediados de 2023. En conjunto, la deuda consolidada de las empresas y hogares se situó en el segundo trimestre en 1,64 billones de euros, un 2,3% menos que en el mismo periodo de 2022. En términos de PIB, la ratio de endeudamiento ha descendido en el último año del 130,4% al 116,5%.