La ciudad española que tiene cuatro castillos en su zona centro
Uno de los elementos más emblemáticos de muchas localidades españolas son sus castillos, que yerguen como símbolos vivos de su historia. Sin embargo, pocos lugares hay en el mundo como Santa Cruz de Tenerife, que presume de contar con nada menos que cuatro fortalezas en su centro: las de San Juan, San Cristóbal, San Andrés y Paso Alto. Visitarlas es hacer un viaje en el tiempo y vivir una experiencia única descubriendo los secretos de la capital tinerfeña.
Castillo de San Juan
El Castillo de San Juan es el mejor conservado de la isla y está considerado la segunda fortaleza de defensa más importante de la costa de Santa Cruz de Tenerife. Esta inició su construcción en 1641 y pronto fue apodado como ‘Castillo Negro’ debido al tono oscuro de la piedra volcánica que utilizaron como material. Está situado cerca del Parque Marítimo y cuenta con una torre circular y parapetos con troneras, con emplazamiento para cinco piezas de artillería.
Después de abandonar sus funciones defensivas, pasó a ser un museo de arte militar hasta que pasó a la tutela del Ayuntamiento en 1982. Actualmente, se celebran aquí los actos conmemorativos de la defensa de la ciudad, que recrean el frustrado ataque de la flota inglesa de 1797, la denominada Gesta del 25 de Julio.
Castillo de San Cristóbal
El Castillo de San Cristóbal fue la primera fortificación de importancia de la isla de Tenerife y el principal pilar del conjunto defensivo de la bahía. A día de hoy, solo se conservan unas murallas del edificio original, que se exhiben en una galería subterránea de la Plaza de España de la capital tinerfeña.
La historia de la fortaleza se remonta a 1575, cuando empezó a construirse bajo la administración del gobernador Álvarez de Fonseca. El castillo se distinguía por su planta de cuadrada completada por baluartes romboidales en sus vértices, mientras que sus muros descansaban casi sin cimentación alguna sobre las lavas de tipo basáltico que predominaban en la zona de la costa. El proceso natural de expansión urbanística de la ciudad hicieron que el edificio entrase en un proceso de degradación, que terminó con su derribo en 1928.
Castillo de San Andrés
En el extremo izquierdo de la bahía que forma el puerto de Santa Cruz se encuentra el Castillo de San Andrés, justo en la desembocadura de los barrancos de Las Huertas y Cercados. Este debe su construcción al Comandante D. Agustín de Robles, quien ordenó su levantamiento en 1706.
Las continuas riadas que se forman en el barranco por los temporales lo destruyeron en varias ocasiones, hasta llegar a la actualidad con el estado ruinoso que presenta. A pesar de ello, aún se puede apreciar su forma circular con un puente levadizo en la puerta de entrada. Antaño, disponía de alojamiento para la guarnición, un pequeño almacén de pólvora, un aljibe y una plataforma para cinco cañones, donde también se colocó un campanario.
Castillo de Paso Alto
Esta fortaleza se comenzó a construir en 1625 y, además de proteger el frente del mar, cumplía con la misión de interceptar el paso de cualquier invasor que hubiese desembarcado en algún punto de la costa, por ejemplo en la playa de San Andrés, lugar muy frecuentado por piratas y corsarios. Con el paso de los años el castillo fue utilizado como cárcel y tuvo entre sus muros a famosos personajes como el Vizconde del Buen Paso.
Debido a las numerosas construcciones que se han levantado en su entorno, el castillo-fortaleza de Paso Alto pasa totalmente desapercibido. Ahora está rodeado por el club militar que lleva el mismo nombre.
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