Kon-Tiki: la expedición suicida que cruzó el Pacífico en balsa
Thor Heyerdahl, uno de los exploradores más importantes del siglo XX, lideró en 1947 una peligrosa expedición científica con el propósito de demostrar el origen del primer poblador polinesio. El noruego defendía que los archipiélagos del Pacífico no habían sido colonizados solo por navegantes procedentes de Asia, sino también por indígenas originarios de la América del Sur precolombina. Entre otros indicios, Heyerdahl se aferraba a la leyenda de Kon-Tiki Virakocha, un Dios-Rey pre-inca que, antes de ser venerado por los indígenas de las islas del Pacífico como el fundador de su raza, había sido expulsado de Perú tras perder una batalla en las islas del lago Titicaca. Según la tradición oral polinesia, el jefe-Dios había huido de la matanza, junto a otros supervivientes, a bordo de grandes embarcaciones de madera con rumbo a la puesta de sol. Si el mito se ajusta a la realidad, probablemente las naves fueron empujadas por la corriente de Humboldt y los vientos alisios hasta encallar en tierra.
A pesar de la oposición de gran parte de la comunidad científica, Heyerdahl consiguió financiar la aventura a través de patrocinadores y del ejército norteamericano, que le cedió material experimental para equipar la primitiva balsa en la que iban a viajar los seis exploradores que formaban parte de la expedición. Los técnicos que revisaron la balsa construida en la Estación Naval de Callao comprobaron horrorizados cómo los cabos que amarraban los nueve enormes troncos de los que estaba compuesta la prehistórica embarcación podrían despedazarse durante el recorrido previsto de más de 4.000 millas náuticas (7.400 km).
La expedición de la Kon-Tiki, una de las aventuras más memorables del siglo pasado, propuso una teoría migratoria alternativa a las aceptadas en su época y, aunque no fue determinante a nivel científico, demostró que los pueblos prehistóricos del Perú tenían capacidad de realizar grandes travesías por el mar abierto. Las anotaciones realizadas por Thor durante el viaje sirvieron de base para publicar, un año después, un libro de gran éxito que fue traducido a más de 70 idiomas.