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Italia lleva años queriendo unir Sicilia y Calabria. Ahora prepara un megapuente de más de 3 kilómetros para conseguirlo

Italia lleva años queriendo unir Sicilia y Calabria. Ahora prepara un megapuente de más de 3 kilómetros para conseguirlo

El puente del Estrecho de Mesina, entre el sur de la península itálica y la isla de Sicilia, aspira a convertirse en una de las mayores infraestructuras de su género a nivel mundial. Y si bien tiene bazas para conseguirlo, dado el considerable espacio que tendrá que salvar sobre las aguas del Mediterráneo, hay un mérito que ya tiene asegurado de partida: es, desde luego, uno de los proyectos que más tiempo se le lleva atragantando a las autoridades italianas. Su crónica es equiparable casi al proyecto de túnel submarino entre España y el norte de África.

Ahora parece haberse desbloqueado.

La gran pregunta es: ¿pasará en esta ocasión del papel a la realidad?

¿Qué es el puente de Mesina? Un viaducto que atravesaría el estrecho de Mesina, entre el sur de la península itálica y el este de la isla de Sicilia. El canal comunica el mar Tirreno con el Jónico y en su punto más «delgado» alcanza un ancho de alrededor de tres kilómetros, bastante menos que el del estrecho de Gibraltar, por ejemplo, que en su punto menor ronda los 14,4 kilómetros.

Se cuenta que las ventajas de una infraestructura de semejante calibre, capaz de enlazar la península y Sicilia, ya atrajeron a los romanos. Desde luego lo que sí ha conseguido es captar el interés de la clase política italiana a lo largo de las últimas décadas. Eso sí, con vaivenes y períodos de aceleración y frenazos. El proyecto ya estaba sobre la mesa en 1971 y Silvio Berlusconi decidió relanzar la idea en su segundo mandato, entre 2001 y 2006, aunque sin demasiada fortuna.

Pointe

¿Cómo sería el viaducto? Histórico. Suele presentarse como una de las mayores infraestructura de su tipo. O la mayor, incluso. Así lo promociona de hecho el Gobierno de Italia, que hace unas semanas reivindicaba el megaproyecto como «el puente colgante más largo del mundo». Sus medidas impresionan, desde luego. El Ministerio de Infraestructuras detalla que alcanzará los 3,2 kilómetros de vano único y se ha concebido tanto vehículos como para el tráfico ferroviario.

El tamaño es notable. Desde 2022 en el mapa mundial de los viaductos destaca el 1915 Çanakkale, en Turquía, con una longitud de 4,6 kilómetros que enlazan Asia y Europa. Su vano central vano central no abarca toda esa dimensión: mide 2.023 m.

¿Hay más datos del proyecto? La firma de ingeniería Fhecor aporta algunas pinceladas más del proyecto presentado hace años y que debería haber arrancado en 2006: una longitud total de 3,7 km con una amplia luz central y 60 m de ancho. Al menos en el diseño de 2006, el tablero metálico estaba formado por tres vigas de cajón longitudinales y de forma lenticular unidas por diafragmas transversales cada 30 m que se complementaban con voladizos laterales. Los dos pilares medían 382 m y se alzaban 65 m sobre el Mediterráneo para facilitar el tráfico marítimo.

¿Por qué es noticia? Porque el gobierno de Giorgia Meloni ha decidido sacar el proyecto de los cajones para desempolvarlo. Su objetivo, reivindica, es convertirlo en «el buque insignia de la ingeniería italiana», «un motor» de desarrollo y «uno de los corredores estratégicos en la política económica de la Unión».

«Tras décadas de debate, el puente se hace realidad: el Consejo de Ministros ha aprobado un decreto que revitaliza la Stretto di Medina S.p.A., sociedad estatal que supervisará todo el proyecto», anunciaba a finales de marzo el Gobierno de Italia, que incluso se ha lanzado a bosquejar un cronograma: «Se esperar que en julio de 2024 se apruebe el proyecto ejecutivo y comiencen las obras».

¿Y qué podemos esperar ahora? El movimiento del Gobierno reactiva la sociedad pública encargada de la promoción del proyecto y —detallan en Cinco Días— rehabilita el contrato adjudicado en 2005 al consorcio Eurolink, que está participado al 45% por Webuild, grupo italiano especializado en construcción e ingeniería civil, y al 18,7% por la española Sacyr. La obra, precisa, rondaría los 3.900 millones. En la sociedad tendrá un peso mayoritario la administración italiana, a través de los ministerios de Economía y Transportes, además de las regiones de Sicilia Y Calabria, directamente afectadas por el proyecto.

Si bien el objetivo sería retomar el diseño presentado hace ya años, sus responsables deberán actualizarlo para adaptarlo a la normativa medioambiental y de seguridad. Otro requisito clave será redibujar tanto el esquema financiero como el proceso de construcción. «El nuevo proceso de autorización tendrá que asegurar el puente atirantado más largo del mundo, que será la joya de la corona del arte de la ingeniería italiana», revindica el ministerio dirigido por Matteo Salvini.

¿Es la primera vez? No. Si logra pasar del papel a la realidad el puente será impresionante por sus dimensiones, pero desde luego ya destaca por una de sus peculiaridades: su historia, llena de vaivenes, acelerones, frenazos y cronogramas frustrados. La idea de un puente capaz de enlazar Sicilia y Calabria ya se estudiaba en 1971 y pareció ganar fuerza primero a comienzos de los 80 y más tarde en 2001, cuando Berlusconi decidió retomarla. Como recuerda Fhecor, llegó a plantearse que los trabajos arrancasen en 2006 para que estuvieran concluidos un lustro después, en 2011. Ambas acabaron quedándose en el tintero.

¿Hay más desafíos sobre la mesa? Sí. Las dificultades que ha tenido que afrontar el proyecto —y que aún deberá solventar— no son solo presupuestarias. Para convertirlo en una realidad, los autores del puente tendrán que buscar una solución para las rachas de viento de la región, que llegan a alcanzar los 216 km/h, además de la sismicidad, que deja terremotos de hasta 7,1 puntos en la escala de Richter. En el pasado llegó a plantearse incluso la posibilidad de unir el estrecho con un túnel submarino, pero esa posibilidad habría quedado descartada.

El plan también ha desatado suspicacias: su acogida no ha sido buena entre los ecologistas y, al menos en 2009, estuvo marcado por la perspectiva de que las mafias siciliana y calabresa pudiesen hacerse con el control de las obras.

Imágenes: Ministero delle infrastrutture e dei trasporti y Stretto di Messina S.p.A.

En Xataka: China acaba de construir un puente colgante de récord: 800 metros de largo con una sola torre


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Italia lleva años queriendo unir Sicilia y Calabria. Ahora prepara un megapuente de más de 3 kilómetros para conseguirlo

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Xataka

por
Carlos Prego

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