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Inquilinos de más edad y en pareja: la media de quienes firman nuevos contratos supera los 35 años y solo el 17% alquila en solitario

Vivir de alquiler es una opción a la que cada vez recurren más personas y de más de edad. Según un estudio publicado este miércoles por la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI) y la Sociedad Española de Alquiler Garantizado (SEAG), la edad media de los inquilinos que han firmado un nuevo contrato en lo que va de 2025 supera los 35 años y la mayoría son parejas. Los precios disparados hacen complicado afrontar el pago de un alquiler en solitario.

En los últimos cinco años el perfil de inquilino ha sufrido un cierto envejecimiento. La edad media en el momento de firma del contrato ha pasado 32,16 años en 2020 a 36 en 2025, lo que supone un aumento de un 11,9%. Según el estudio, que se nutre de las operaciones de arrendamiento registradas por las agencias inmobiliarias en lo que va de año, la franja de entre 30 y 40 años es la que más peso tiene entre quienes buscan un alquiler de vivienda habitual. El 62,9% de los arrendatarios con nuevos contratos se concentran en este tramo, a los que se suma un 21,6% de entre 40 y 50 años y un 13,9% de entre 20 y 30 años.

La tendencia al alza es generalizada en todas las comunidades autónomas, aunque algunas cuentan con un perfil de inquilino más envejecido que otras. Las edades medias más bajas se registran en Extremadura (31,6 años) y Castilla y León (32,9), que se encuentran entre las zonas con precios más asequibles. En el extremo opuesto y con una diferencia de hasta siete años, están Canarias y Cantabria, donde la media es de 39,2 y 38 años respectivamente. El resto de regiones se sitúan en línea con la media nacional, entre los 35 y 37 años, salvo Navarra y Murcia, que tienen marcas ligeramente inferiores (34,1 y 34,3 años).

Este aumento de la edad media de los inquilinos se produce en un contexto en el que el alquiler tiene cada vez más peso como régimen habitacional y la edad media de emancipación es cada vez más tardía —supera ya los 30 años—. Según la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), en detrimento de la vivienda en propiedad, la proporción de arrendatarios ha crecido en España en los últimos años, pasando de representar el 14,7% de los hogares en 2020 al 17% en 2024. Aunque con más incidencia entre los menores de 44, el aumento de esta opción ha sido generalizado entre todas las franjas de edad. La proporción de personas de entre 45 y 64 años que vive de alquiler ha subido en ese mismo periodo del 12,1% al 14,9%, mientras que la de entre 30 y 44 años y la de menores de 30 ha pasado del 26,9% al 33,1% y del 45,4% al 51,2% respectivamente.

Más allá de la edad, la radiografía publicada este miércoles por FAI y SEAG constata el predominio de parejas entre los arrendatarios. Según el estudio, dos de cada tres contratos firmados en lo que va de año han sido duplas —con o sin hijos—. A ello se suma un 13,5% de inquilinos que también comparten piso y gastos entre varias personas sin ser pareja sentimental, mientras que solo han alquilado en solitario el 17,1% de quienes han firmado contratos a través de agencias inmobiliarias en lo que va de año, muestra de que los precios actuales dificultan afrontar el pago del alquiler con un solo sueldo.

En esa línea, otro estudio publicado este miércoles por Idealista calcula que para que, con los precios actuales, el alquiler no se coma más del 30% del sueldo, una persona sola necesita ganar unos 32.000 euros netos al año para asumir con solvencia el alquiler medio de un estudio sin habitaciones, cuyo precio ronda a nivel nacional los 800 euros al mes. En grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia el alquiler de una vivienda de estas características alcanza de media los 1.022, 1.178 y 1.000 euros, lo que requeriría sueldos en solitario de entre 40.000 y 47.000 euros netos anuales para no sobrepasar el umbral recomendado. Con estos niveles de precios, el análisis de la plataforma sostiene que la compra es una opción más económica, pero presenta el obstáculo de contar con ahorros suficientes para hacer frente a la entrada.

Según la radiografía de FAI y SEAG, las viviendas más alquiladas tienen una media de 76,22 metros cuadrados, lo que equivale a viviendas de entre dos y tres habitaciones. Con frecuencia los inquilinos se topan con precios más caros de lo que desearían, ya que el estudio apunta a que, aunque el precio medio mensual más demandado para una vivienda en alquiler se sitúa en unos 766 euros, la renta media por la que se arrendan efectivamente las viviendas alcanza los 895 euros, con marcas más elevadas en las grandes ciudades.

Desde la FAI apuntan a que la subida de los precios está provocando un éxodo inmobiliario «sin precedentes» hacia la periferia de las principales ciudades y capitales de provincia. Calculan que el 30,2% de la demanda ya se ha desplazado hacia estas zonas en busca de precios más asequibles. «Ese ahorro tiene un alto coste y es inviable para muchas personas, ya que supone más kilómetros diarios, más gasto en transporte, más tiempo perdido en desplazamientos y, en definitiva, una menor calidad de vida», matiza el presidente de FAI, José María Alfaro, que añade que «la escasez vivienda disponible para alquiler de larga duración se ha extendido como una mancha de aceite a todo el territorio, incluso a la segunda y tercera periferia» y «la presión en estas zonas ha disparado también los precios».

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