Infantino critica la «hipocresía» hacia Qatar: «Europa debe pedir perdón por lo que ha hecho al mundo los últimos 3.000 años»
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, reunió este sábado por la mañana a los medios de comunicación presentes en Doha, a poco más de 24 horas del comienzo de la Copa del Mundo de fútbol de Qatar 2022, para realizar una defensa a ultranza del país arábigo en un soliloquio de más de 45 minutos ininterrumpidos donde criticó la “hipocresía” occidental a la hora de juzgar el régimen y la gestión de los Derechos Humanos en Qatar antes de permitir preguntas.
“Hoy tengo sentimientos muy intensos. Hoy me siento catarí, hoy me siento árabe, hoy me siento africano, hoy me siento gay, hoy me siento discapacitado, hoy me siento un trabajador inmigrante”. Así arrancó su discurso el presidente de la FIFA, tocando con sarcasmo todos los temas por los que el Mundial de Qatar ha sido y está siendo criticado, señalando por ello especialmente a Europa. «Por las cosas que los europeos han hecho al mundo durante los últimos 3.000 años, deberían estar disculpándose otros 3.000 antes de empezar a dar lecciones morales a la gente» afirmó sin miramientos Infantino para cargar contra los críticos del país árabe.
El italiano no se quedó en esa calculada primera intervención con la que abordó todos los frentes abiertos en relación a la celebración del Mundial en Qatar, y profundizó en sus «sentimientos» en su siguiente reflexión: «Me siento todo esto porque lo que he estado viendo, y por lo que me han dicho, porque no leo. Y lo que he visto me lleva de vuelta a mi historia personal. Soy hijo de trabajadores inmigrantes. Mis padres trabajaron muy duro en condiciones muy difíciles; no en Qatar, en Suiza«.
Prosiguiendo con su historia personal, Infantino recurrió a ciertos recuerdos de su infancia para justificar su discurso: “Recuerdo, de niño, cómo trataban a los trabajadores inmigrantes cuando querían entrar al país. Los pasaportes, los controles médicos, las recomendaciones. Y cuando vine a Doha la primera vez después de ser elegido presidente de la FIFA, fui a ver dónde vivían estos trabajadores, y le dije a la gente de Qatar: ‘Esto no está bien, tenemos que hacer algo’. Y así como Suiza se ha convertido en un sitio de tolerancia e inclusión, con derechos, Qatar ha hecho progresos también”.
Después de la pequeña y convenientemente planteada anécdota personal, no obstante, volvió a la carga, esta vez contra negocios y empresas occidentales: «¿A quién le importan de verdad los trabajadores? A la FIFA, al fútbol, al Mundial. Y, para ser justo, a Qatar. ¿Cuántas compañías de negocios, europeas o extranjeras, que ganan millones, miles de millones gracias a Qatar, han discutido la situación de los derechos de los trabajadores migrantes con las autoridades? Ninguna, porque cambiar la legislación implica menos beneficios».
«No tengo que defender a Qatar, ellos pueden defenderse solos. Defiendo el fútbol. Qatar ha progresado, estas lecciones morales, unilaterales, son solo hipocresía» finalizó el máximo mandatario de la FIFA, que además contó con el apoyo del director de comunicación de la FIFA, Bryan Swanson, en el delicado tema de los derechos de los homosexuales, perseguidos como delincuentes por su orientación sexual en Qatar: «Estoy sentado aquí en una posición privilegiada en un escenario global como un hombre gay en Qatar. Hemos recibido garantías de que todo el mundo es bienvenido y creo que todo el mundo será bienvenido en este Mundial. Solo porque Infantino no sea gay no significa que no le importe».