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«Imposible un año mejor, pero también me produce vértigo»

Asier Martínez Echarte ha sido la sensación española del atletismo en 2022. El navarro de Zizur Mayor (22 años) ha entrado en la élite mundial tirando la puerta a patadas, todo lo contrario a su estilo limpio de técnica exquisita de paso por valla basado en la escuela francesa. Campeón de España, medalla de bronce en los Mundiales de Eugene (EE UU) y oro en el Europeo de Múnich en 110 metros vallas son sus titulares principales en una temporada histórica que le ha refrendado como la gran promesa de una dificilísima especialidad que domina como pocos tanto a nivel continental como planetario. El gigante silencioso ya apuntó maneras y rozó los metales en 2021 con el cuarto lugar en el Europeo indoor de Torun (Polonia) y el sexto en los Juegos de Tokio.

-Bronce mundial y oro europeo. Mejor imposible, ¿no?

-Sin duda, pero también me produce vértigo por ver cómo puede evolucionar de aquí en adelante mi carrera. También esto son análisis que se hacen una vez que ha pasado ese subidón y empiezan a aparecer los miedos posteriores. Pero como puedes imaginar el recuerdo que tendré de 2022 es que habrá sido increíble y no sabría describirlo con palabras.

-Usted es prudente y humilde, pero sin miedo a los rivales. Tiene plena confianza en sus posibilidades y en el trabajo. Y no falla en los campeonatos importantes…

(Ríe). Los fallos llegarán seguro y eso es algo que tenemos claro tanto mi equipo, mi entrenador como yo mismo. Eso sí, reconozco que de momento yo estoy también muy satisfecho por esa parte porque significa que, pese a que hay algunas cosas que mejorar, hemos enfocado bien psicológicamente las competiciones.

-Su entrenador François (Beoringyan), su equipo, el entorno… Transmite la tranquilidad de que aunque el control total no es posible sí que lo que está en sus manos es muy estable.

-Sí, totalmente. Desgraciadamente tener todo bajo control es imposible y precisamente muchas veces esa intención de controlar las situaciones es lo que a los deportistas nos estresa y nos genera ansiedad. Por eso creo que gran parte de la clave de todo lo que está saliendo bien es eso precisamente: tranquilidad y confiar en el trabajo realizado pero sin agobiarse con intentar sentir que todo estaba bajo control. He tenido la suerte de que las cosas han salido bien porque por supuesto hay que atribuir algo de todo lo sucedido a la suerte y tener claro que quizá en otros momentos no me acompañará. Siempre puede haber pequeños inconvenientes incluso ajenos al deportista que pueden aparecer y que habrá que valorarlos como tal, sin ampliarlos a una magnitud gigante. Entender que hay muchos factores que no pasan por tus manos y que cuando fallen habrá que darles el valor que tienen realmente, sin amplificarlos.

-Algunos atribuyeron el bronce de Eugene más a la suerte de lo sucedido a otros rivales que a su propio mérito…

-A Oregón llegué en una forma física y con una salud óptima. Además gestioné muy bien los momentos de mucha tensión y no cometí fallos ni en los tacos, ni en valla, ni durante las carreras. Todos esos aspectos hacen que este deporte y en especial esta disciplina sea tan difícil. Es decir si aquí ganase el que en mejor forma está o el que más calidad tiene sería todo mucho más simple y no tendría esa magia que destila el atletismo. Los errores, las lesiones o los problemas para gestionar los 110 metros vallas ya sea en la salida, el paso de obstáculos o la entrada en meta son parte de la prueba y de la competición. Estas cosas suceden y se atribuyen al deportista o a su preparación, pero muchas veces son inherentes a la propia dificultad. Por eso no se puede decir que mi bronce haya sido únicamente cuestión de suerte aunque por supuesto ha habido un factor de suerte y yo soy el primero que lo reconoce y lo admite. El valor que ha tenido para mí esta medalla ha sido increíble y con una magnitud muy grande. Por eso yo estoy muy satisfecho en ese sentido aunque siempre habrá alguien que no lo valore lo suficiente o le vaya a buscar los tres pies al gato incluso aunque salga todo perfecto y tu trabajo haya sido excepcional.

-Luego vino el Europeo perfecto. Oro con victoria por una milésima sobre su ídolo, Pascal Martinot-Lagarde, la esencia pura de la escuela francesa…

-Sin duda fue mágico sobre todo por cómo se dio. No fue, entre muchas comillas, un simple oro en un Campeonato de Europa, pero esa magia de poder competir frente a Pascal, uno de mis ídolos, que me iba empujando desde atrás y exigiéndome lo máximo fue impresionante. Y ganarle por una milésima fue algo casi hasta simbólico. Martinot es uno de los grandes referentes internacionales de las vallas y de esa escuela francesa que Fran y yo seguimos. Sin duda, además del éxito ha tenido un valor emocional añadido con el componente de cómo se desarrolló todo incluso tras cruzar la meta. Que pareciese que había ganado él, luego yo, la emoción, ver allí a toda la gente que quiero y que día a día me apoya. Como digo fue un momento mágico con un valor increíble.

-Todos esos éxitos le han hecho merecedor del Premio AS. ¿Le hace ilusión?

-Por supuesto que me gustan los reconocimientos de cualquier índole, pero más éste en especial porque que un medio de comunicación premie y vea el trabajo que haces y se valore lo que das al deporte tiene una importancia increíble para mí. Y es un poco el motor de todos esos entrenamientos que no salen a veces como quieres. Este tipo de cosas también te impulsan a seguir.

-¿Se digiere bien la fama?

-Yo vivo en Pamplona que es como un pueblo donde todos nos conocemos y si no, te suena o tienes gente común. En esto también tengo suerte porque de momento todo es muy agradable, fácil y dulce. No he tenido encontronazos ni malas experiencias.

-Siempre pide que la gente sea justa con los deportistas. ¿A qué se refiere?

-A esa exigencia que generamos los propios aficionados y ahí me incluyo yo también en ese grupo porque en otros deportes yo soy espectador. Y me he visto también exigiendo al deportista que en todo momento rinda, pero la realidad es que dentro de unas normas no se puede siempre rendir al máximo ni estar en un estado de forma óptimo. Entonces partiendo de esa base y de un juego justo y limpio hay que tener en cuenta los factores que hablábamos antes y que pueden influir en el rendimiento de un atleta, deportista o en general cualquier persona que tenga que rendir físicamente. Por eso cualquier deportista, sea del nivel que sea, también se ha ganado su derecho a hacer las cosas mal en algún momento.

-En 2023 hay Europeo indoor y Mundial en verano. ¿El plan?

-La intención es seguir la misma línea de estos años. Es decir, preparar y competir en pista cubierta teniendo en cuenta que el objetivo principal y donde enfocamos todos los entrenamientos es al 110 y eso es en la temporada al aire libre y por tanto en la distancia del Mundial de Budapest. En principio trataremos de ganar plaza para el Europeo de Estambul y tomar el indoor como un test, pero estando tranquilos porque todo está enfocado al aire libre.

-¿Y París 2024?

-Siempre me ha ido bien yendo a corto plazo y no pienso en los Juegos aún. Quiero cumplir los objetivos marcados para poder llegar bien a los campeonatos próximos. De momento París no es algo que tenga en mi mente.

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