Vivienda

Hipotecas para ‘millennials’: ¿la opción más rentable u otro producto del marketing?

Los jóvenes no desisten en querer comprarse una casa, pese a que sean muchos los obstáculos a los que se enfrenta esta franja de edad en España. ¿El principal? La falta de ahorro previo para desembolsar aquella parte que el banco no les financia. Según el informe ‘Jóvenes y Vivienda’ elaborado por Aedas Homes, en el segundo semestre de 2020 casi la mitad de los encuestados no tenía suficientes ahorros para pagar la entrada del domicilio, de acuerdo a los datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, por Comunidad Autónoma. De media, el sondeo calculó que los jóvenes solo consiguieron ahorrar el 37% de la cantidad necesaria, que ascendió a los 34.194 euros.

«Estas hipotecas las identifican en términos de un precio más bajo y un porcentaje de financiación más alto«, aclara el presidente de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), Santos González. Aquí surge uno de los principales problemas de este tipo de productos focalizados. Bancos como ING o Bankinter ofertan en sus páginas web plazos de hasta 40 años y otros como Ibercaja, o Santander, un porcentaje de financiación por encima del 80%. Las cuotas mensuales y el tipo de interés son, generalmente, atractivas. Kutxabank propone una TAE del 1,78% a tipo variable (y euríbor +0,79%, de los más bajos del mercado), y el Banco Santander, una TAE del 1,81% a tipo fijo. Sin embargo, pese a esta publicidad, superar ese último importe choca con la recomendación de reguladores como el Banco de España; los plazos por encima de los 30 años son «marginales» desde la crisis de 2008 y esos tipos de interés tienen letra pequeña: las vinculaciones.

Para evitar el sobreendeudamiento de un colectivo económicamente «débil», el BdE también recomienda que la cuota hipotecaria mensual no sea mayor al 35% de los ingresos del cliente. Aunque, en última instancia, es el banco quien decide si conceder ese préstamo o no, valorando el perfil de riesgo hipotecario. La entidad valora, entre otras, si la persona tiene un empleo estable, un aval, otros créditos contratados pendientes o cuál es su nivel de ingresos medio para hacer frente a la cuota hipotecaria mensual.

No es ningún secreto que la situación de este colectivo en España está definida actualmente por la precariedad, la temporalidad, o el desempleo. Sin embargo, este año varias entidades bancarias han «lanzado» hipotecas dirigidas específicamente a menores de 35 años y algunos medios y comparadores ‘online’ no han tardado en tildarlo de ‘boom‘. ¿Nos encontramos realmente en ese punto? ¿Y qué tienen entonces de atractivos para los bancos estos ‘millennials’?

«En este mercado no hay productos concretos para jóvenes. Todo es publicidad»

De ‘boom’ nada. En eso coinciden las diversas fuentes consultadas por este medio, quienes sí consideran que las entidades ofrecen productos focalizados a este colectivo porque son uno muy deseado: «Captar un millennial es una inversión para un banco. Se trata de un cliente joven que ha firmado una hipoteca a 20 o 30 años y al que durante todo ese tiempo le puede ir ofreciendo otros productos», explica Simone Colombelli, director de hipotecas de iAhorro. El objetivo final es que, aunque la entidad financie más y el crédito sea peor en términos de calidad crediticia, esta última tenga la compensación de un cliente con potencial y gran capacidad de consumo de productos financieros. Al fin y al cabo, está en el inicio de su etapa financiera.

Aquí viene el pero. Como a los jóvenes, en general, les cuesta más ahorrar por la coyuntura económica actual, los bancos tratan de captarlos con mejores condiciones para el préstamo. De esta forma, la entidad financiera asume un mayor riesgo, pero lo suple con las vinculaciones que exige al cliente para dar esas bonificaciones. La «trampa del mercado» reside en esas hipotecas bonificadas: aquellas que vinculan al cliente con el banco mediante la suscripción de productos o servicios. Planes de pensiones, seguros del hogar, inversiones… Son solo algunas de las ‘tretas’ con las que el banco busca «rentabilizar» ese riesgo asumido con el joven. «Hay que interpretar esas bonificaciones, estudiar si compensan y, sobre todo, controlar las ataduras que te van imponiendo», recomienda Xavier Valls, consultor hipotecario.

Agencias

Además, la oferta es reducida. «En este mercado no hay productos concretos para jóvenes. Todo es publicidad, marketing», remarca el consultor. Precisamente, desde la Asociación Hipotecaria Española señalan eso mismo: los bancos se limitan a ofrecer un ‘pack’ a ese público de hasta 35 años al que buscan vincular, pero si otro cliente necesita esas mismas condiciones, siempre podrá acudir a su entidad y consultar si es posible y en qué términos. Y viceversa. Los jóvenes tienen que valorar si en estas ofertas para ‘millennials’ se les está ofreciendo las mejores condiciones que pueden conseguir en el mercado, lo que dependerá mucho de su perfil.

Joven y en búsqueda de una hipoteca: ¿en qué fijarse?

Desde el comparador iAhorro apuntan a lo siguiente: hay que mirar el TIN, la TAE, o los productos vinculados —si los hubiera—. Además, algunas entidades solicitan un aval. En esos casos, habría que tener en cuenta qué tipo de aval, cuántos años tendría que estar el avalista detrás de la vivienda y con qué importe. Y dejan un consejo para los jóvenes que busquen solicitar un préstamo hipotecario: «Sacar papel y boli y echar cuentas para ver qué opción sale más rentable«.

«Los buscadores o la banca por internet llevan a mucha confusión, porque falta la letra pequeña y eso genera que la inmediatez de consultar todo rápido desde casa te haga creer en unas condiciones que, al final, dependerán y se adaptarán a cada perfil«, remarca Valls. «Lo que hay que hacer es rastrear mucho el mercado y conocer esos entresijos«.

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