Viajes

Ginebra en tres días: vuelos, curiosidades y planes gratuitos

Famosa por su calidad de vida y sus paisajes naturales, con el lago de Lemán y los Alpes de fondo, Ginebra es un destino en el que el lujo se respira en todas sus calles. Bancos internacionales, tiendas de alta gama y hoteles espectaculares, sí. Pero también la segunda ciudad de Suiza cuenta con un precioso casco antiguo y lugares que puedes disfrutar (gratis) sin que se resienta tu bolsillo.

Llegada al aeropuerto

El trayecto en avión desde Madrid dura unas 2 horas. Hemos encontrado ofertas de vuelos desde 69 € ida y vuelta. Los traslados desde el aeropuerto hasta el centro de Ginebra os pueden salir gratuitos. Encontraréis máquinas a la salida con la opción Billet gratuit. Este billete tiene una validez de 80 minutos para viajar en los diversos transportes públicos de la ciudad.

Descubrir Ginebra a pie o en transporte gratuito

Ginebra es perfecta y cómoda para descubrir a pie. Y a pesar de que tiene el cartel de ser una de las ciudades más caras de Europa, esta ciudad suiza sabe cómo dar la bienvenida a los turistas: los hoteles y hostales ofrecen a sus clientes una tarjeta gratuita de transporte para moverse por toda la ciudad.

Disfrutar del lago Lemán

Disfrutar de este enorme lago natural, que está situado entre Francia y Suiza, es uno de los planes imprescindibles durante cualquier estancia en Ginebra. Si contáis con un presupuesto limitado, una actividad de lo más agradable es pasear lo largo de sus muelles. Para descansar y disfrutar del paisaje, hay muchos parques alrededor con unas vistas inmejorables con los Alpes de fondo. Y si lo observáis por la noche y todo iluminado, la estampa que ofrece es realmente mágica.

Le Jet d´eau

Este gran chorro de agua que alcanza los 140 metros de altura es uno de los monumentos más importantes de la ciudad y una de las fuentes más grandes del mundo. No os la podéis perder. Está situada en el punto en el que el lago de Ginebra desemboca en el río Ródano y se puede observar desde toda la ciudad.

Pasear por el casco histórico

Te encantará descubrir el tranquilo casco antiguo con edificios del siglo XVIII, plazas y estrechas calles adoquinadas. Te sorprenderá el aire medieval que se respira entre sus callejones.

Entre los lugares de interés están la animada plaza Bourg-de-Four, la más antigua de Ginebra y lugar donde se montaba el mercado, y la Maison Tavel, una vivienda medieval de seis pisos que es la casa más antigua de la ciudad.

La Catedral de San Pedro

Situada en el corazón del casco histórico, visitar esta catedral no te costará nada. Fue construida en el siglo XII y cuenta con una mezcla de estilos gótico y neoclásico. Fue un lugar importante durante la Reforma protestante, de hecho uno de los elementos que no te puedes perder es la silla de madera que utilizaba Calvino. En el interior del templo se encuentran también mosaicos romanos, columnas y frescos de la Edad Media. Y si te animas a subir los 157 escalones que hay hasta la cima de la torre, el esfuerzo se verá recompensado por las maravillosas vistas de la ciudad y el lago. Puedes acceder al campanario pagando 5 francos suizos (unos 5 €).

El reloj de Flores

Ejemplos de precisión y de lujo, los relojes de Suiza son reconocidos mundialmente. Pero hay uno que se distingue del resto y que es realmente muy especial: no pierdas la ocasión de admirar este reloj creado a base de plantas que se diseñó en 1955 como homenaje a los relojeros de la ciudad. La esfera está formada por unas 6500 plantas y flores, que se van cambiando según las estaciones. Se encuentra en el Jardín Inglés.

Grottes, el barrio de los pitufos

Detrás de la estación de Cornavin hay un barrio distinto que por su encanto es imposible que pase desapercibido. En Grottes encontrarás una arquitectura diferente, con pequeñas casas coloridas y de arquitectura muy singular. Durante el paseo, las protagonisas serán las fachadas repletas de detalles sorprendentes y que te parecerán sacadas de un cuento.

La Silla Rota

Frente a la sede de la ONU se encuentra una de las esculturas más fotografiadas de la ciudad. Una silla gigante de tres patas, obra del artista Daniel Berset, que representea la protesta contra las minas antipersonas.

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