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Feliciano López: “Echo de menos el tenis porque yo no acabé quemado”

Tras 26 campañas como profesional, Feliciano López colgó la raqueta en junio con 41 años, siete títulos individuales y seis de dobles, otras 22 finales y 766 victorias. En su dilatada carrera rozó el Top-10 (12º en 2015) y acumuló récords. Es el tenista con más Ensaladeras de Copa Davis (cinco, como Nadal). También el que más Grand Slams (81), Masters 1.000 (139) y ATP 500 (97) ha disputado para una plusmarca de 486 torneos. En su casa, rodeado de trofeos y recuerdos, se sienta con AS, que premia su trayectoria, para charlar de su nueva vida y de tenis, claro.

¿Echa de menos el tenis?

Sí, porque has estado haciendo algo toda tu vida y encima a mí me gustaba mucho. Echo de menos competir, que me encanta, y eso ya no lo tengo y sé que no lo tendré nunca más; la adrenalina, estar pendiente de contra quién juegas, de a qué torneo vas, de los rankings. Yo no había acabado quemado, al contrario, lo disfrutaba. Pero también era consciente de que se iba a acabar y no estoy traumatizado. Haberme quedado con buen sabor de boca hace que lo extrañe un poco más.

¿Y qué siente cuando ve un partido ahora, en la grada? ¿Tiene actos reflejos como de intentar darle a la bola?

(Se ríe) No, lo vivo diferente, con otra perspectiva, porque no me afecta de la misma manera. Nunca he visto mucho tenis por la tele, y ahora intento, si puedo y tengo la oportunidad, ver algún partido que me interese más. Por ejemplo, en Turín, vi un poco del Rublev-Medvedev, y la final Sinner-Djokovic. Veo más tenis en directo cuando me toca estar en Madrid o en la Copa Davis, pero es verdad que ya no te afectan las cosas de la misma manera.

Debe ser raro, después de tantos años de rutinas de tenis, no hacerlas ahora…

Eso es lo que cuesta más, adaptarte a tu nueva vida; todas las cosas que tenías que hacer para el tenis, de repente ya no tienes que hacerlas. Entonces, llenar todo ese tiempo con otras no es fácil. Antes, tenía un propósito, estar en forma, intentar mejorar. Todo era por y para el tenis. Ahora tengo una vida feliz, pero es muy distinto, mucho más tranquilo. Intento ir al gimnasio y cuando tengo oportunidad de jugar un poco al tenis, me entreno, pero es difícil encontrar la motivación sin un objetivo tan claro.

¿Qué tal le ha ido este año en los despachos?

He estado un poquito más involucrado en el torneo de Madrid (es el director del Mutua Open), haciendo más cosas durante el año, porque jugué muy poco. Ahora puedo dedicarle todavía más tiempo, pero siempre se aprende. Este curso fue un reto grande, porque era el primer año que duraba dos semanas, y el cambio es bastante importante, aunque no lo parezca, es como un Grand Slam. Creo que salió muy bien. En 2024, con todo lo aprendido, intentaremos que sea aún mejor.

¿Y como comentarista?

Hice un poquito en Wimbledon, que ya había hecho el año pasado en la BBC. Repetí algunos días, y luego en Nueva York para Sky y, la verdad, que bien. BBC fue un descubrimiento total, por los compañeros, gente que admiraba mucho cuando yo era pequeño. Estuve una vez con John McEnroe en la cabina.

¿Le gustaría hacer algo en televisión, como su mujer en Masterchef?

En Masterchef no sé si me verán, pero es de los pocos programas a los que se puede ir en la tele. Lo viví intensamente con ella (Sandra Gago), porque cocinaba bien. También es un reality y cuando vas ahí sabes que, aparte de la cocina, intervienen otras cosas, pero fue una experiencia muy bonita para ella. Hice el año pasado Mask Singer y lo pasé muy bien. Mereció mucho la pena aunque solo pude estar dos programas porque tuve que ir a jugar a México.

Volviendo al tenis, cree que el tema de los cambios de bolas es el motivo de que haya muchas lesiones? ¿En su época pasaba igual?

No es una cosa nueva, ha pasado toda la vida. Incluso peor. En los últimos siete, ocho años, la gente siempre se ha quejado, pero las quejas han aumentado y se ha intentado que en los torneos que se juegan muy seguidos o en una gira, la bola sea la misma. Es un problema que se tiene que arreglar, porque es importante, pero no el único motivo de las lesiones. El calendario es el otro. Se intenta acortar, pero los jugadores, en su etapa de descanso, se van a jugar a China, Arabia Saudí, Sudamérica, que yo lo he hecho también, no es una crítica, pero a veces tenemos que ser coherentes y descansar. También cada vez hay más compromisos comerciales, que hace 25 años eran menores. Se acababa la temporada y había dos o tres meses prácticamente sin nada. Se está intentando proteger más al jugador en ese sentido. Aunque el tenis es un deporte muy complejo, hay muchas partes interesadas y es muy difícil poner a todo el mundo de acuerdo

¿Todo eso hace que el tenis sea peor que antes?

Yo solo he vivido un calendario exigente. Algunos compañeros más mayores de la época de Bruguera, Emilio Sánchez Vicario… un poquito antes, no iban a Australia, por ejemplo, porque los Grand Slams no eran obligatorios, los Masters 1.000 tampoco, había un ranking por average, que puntuaba solo los torneos en los que tú jugabas bien. Pero yo creo que el nivel medio del tenis es muy diferente al que había antes, no por el tema del calendario, sino porque se juega muy diferente. La gente es mucho más fuerte físicamente, las raquetas han evolucionado muchísimo, hoy en día todos le pegan a la bola diez veces más fuerte, esa es la principal evolución para mí. Y la ralentización de las pistas rápidas en general. Es que las superficies son lentísimas, mucho más que la tierra batida, que es más rápida que algunos torneos indoor. Todo se ha ralentizado muchísimo, incluso la hierba. Por eso todo el mundo juega más o menos con el mismo estilo. Lo bonito del tenis para mí era que había especialistas de tierra, de hierba, más variedad. Era atractivo para el fan, porque había mucha diversidad. Eso se está perdiendo un poco.

Alcaraz dijo que había entendido que la temporada de un profesional va de enero a noviembre y que él se había desconectado un poco antes. ¿Usted qué opina?

Es que él juega todas las semanas a un nivel de exigencia enorme. Cuando aspiras a estar en la final o a ganar los torneos, es diferente y mucho más estresante de lo que puede ser para la mayoría. Su comentario es fruto del aprendizaje. Sólo tiene 20 años, a veces nos olvidamos de eso. Además, juega con mucha intensidad, necesita estar fresco, tener chispa. No puede hacer grandes resultados en un modo más diésel, como Djokovic, que a veces empieza los partidos al ralentí, hasta que encuentra su momento y ya es invencible. Igual lo que le ha pasado es que a final de año no se ha encontrado igual de cómodo, de fresco, es normal. Porque le ha pasado a todos, hasta que van aprendiendo y conociéndose. Carlos aún no tiene una base de datos suficientemente grande para decir aquí sí, aquí no, me preparo aquí, dejo esto… Es muy complicado. Y todo lo que le está pasando, lo que está viviendo tan pronto… Es un tsunami que llega a tu vida con 20 añitos y es difícil gestionarlo. Por eso le doy tanto mérito a lo que está haciendo. Porque no le asusta, tiene la madurez suficiente para asimilarlo, la valentía de enfrentarse a Djokovic, que es el mejor jugador, para muchos, de la historia, sin miedo.

¿Los que saben de tenis, como usted, ven que Carlitos que va a llegar muy lejos?

Con la edad que tiene ya ha ganado dos Grand Slams y ha sido número uno. Es uno de esos jugadores que sale cada muchos años. Pero claro, tendemos a compararle con Federer, Nadal y Djokovic. La gente no se da cuenta de lo que han hecho esos. ¿Qué pasa, que si Alcaraz gana 15 Slams no habrá sido para tanto? Es que, hasta hace nada, Sampras tenía 14 y llegó un tío de Manacor y ganó 14 en el mismo. Yo he vivido esta época. He jugado contra ellos. Lo que ha pasado no se va a repetir, la probabilidad es bajísima. McEnroe, Becker, Lendl, Agassi, Sampras, Laver, qué son, ¿unos paquetes? Hay que hacer un ejercicio de pedagogía y decir, oye, que es irreal ver a un Michael Jordan, a tres juntos cada 15 años. Alcaraz es increíblemente bueno. Para lo de esos tres no tengo explicación. Cómo le cuentas a alguien que sueña con ser tenista, con ganar un major, que hay un tío, Nadal, que ha ganado 14 veces Roland Garros. Vamos a disfrutar de Alcaraz, de su carrera. Y si gana 10, 12 o 13, el tiempo lo dirá. Pero pongamos en valor lo que ha hecho. Yo no he visto a un jugador con su edad jugar tan bien, no sé si Federer con 20 años jugaba como Carlos.

Hablando de leyendas, parece que Nadal volverá en Australia. ¿Qué sabe y qué le parece?

Yo estaba igual de preocupado que todos. Pero, desde unos meses, las cosas han sido muy diferentes. Ha progresado mucho con la lesión y está muy contento y con ganas de volver. La intención que tiene es ir a Australia. Una alegría tremenda. A un jugador como Rafa se le echa de menos. Como aficionado, no sabes cuánto más va a estar Djokovic; Rafa no está y Federer se retiró. Hay un vacío importante, que de momento Alcaraz lo llena. Medvedev ha tenido también éxito y Sinner, el año que viene, cuidado… Pero eso no quita que el vacío sea muy grande. Ojalá que Rafa llegue a París bien para competir contra cualquiera. Yo todavía tengo fe en verle ganar otro Roland Garros. Y hay también unos Juegos Olímpicos allí, en el jardín de su casa…

¿Seguirá como director de las Finales de la Copa Davis?

Aún no lo sé. Hay voluntad de que siga. La gente de la ITF está contenta con mi trabajo.

¿Están satisfechos con las Finales de este año?

Han ido muy bien la verdad. Ha habido mucha polémica con el formato nuevo estos últimos cinco años, mucho cambio. Mucha crítica. Pero pese a que la ITF se encontró con la salida de Kosmos de la ecuación y con una competición de cuya organización tenían que hacerse cargo, hicieron un gran trabajo. El tema de las Finales de ocho, creo que del nuevo formato es lo que más se está afianzando. La gente, poco a poco está entendiendo que a final de año hay algo ahí, donde si quieres ir a ver a tu país dos o tres días, puedes planificarlo con un poco de tiempo. El ambiente que yo viví en Málaga estoy días fue muy bonito, de Copa Davis, aficiones, público involucrado, pista llena con la emoción de los himnos y esa tensión propia de la competición de siempre. El formato es mejorable, pero de momento se va a jugar así en el 2024. Aunque están abiertos a seguir explorando fórmulas para que el formato sea mejor. El único, pero, es que, en las fases de grupos, cuando no juega el país anfitrión ahí cuesta más llenar la pista. Se está trabajando también mucho para que las federaciones, no sólo el país que organiza atraiga público de sus países también con tour operadores, paquetes interesantes.

¿Sueña con ver a Alcaraz y Nadal juntos con España?

Le comenté el otro día a David (Ferrer, capitán español), ‘el año que viene te veo levantando la copa con Rafa y Carlos’. Es mi sueño deportivo de 2024.

¿Alcaraz o algún jugador ganará cinco Davis como usted?

Sobre todo, los cuatro títulos en los que jugué la final, los siento como algo muy especial. A mí es una competición que me parece impresionante y creo que merece la pena el esfuerzo de todo el mundo. Es importante que se trabaje para que los jóvenes puedan experimentar las emociones que vivimos nosotros; y cuando las sientan, van a querer jugar.

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