Salud

Esto es lo que le pasa a tu cuerpo si no bebes suficiente agua en verano

El agua es el elemento primordial para que surja la vida y compone cerca del 60% de nuestro organismo. Estamos hechos de agua y la necesitamos para sobrevivir y para que nuestro cuerpo funcione correctamente. En épocas calurosas como el mes de julio se hace más vital si cabe, ya que previene de que suframos deshidratación y todos los síntomas que conlleva. De ahí que si no consumimos lo suficiente, nos estemos arriesgando a sufrir desde un golpe de calor hasta problemas digestivos, pasando por diabetes o fatiga crónica.

Uno de los mayores errores que cometemos es sustituir el agua por bebidas excesivamente azucaradas, refrescos o mucho peor, alcohol. Tanto unas como las otras (especialmente el alcohol) pueden ser muy dañinas para el organismo y el sistema digestivo. Un recurso que podemos utilizar, si no estamos muy acostumbrados a beber agua, es refrescarnos e hidratarnos con verduras y frutas de temporada. Sin ir más lejos, la sandía es excelente, ya que más del 80% de su composición es agua.

Un estudio de la revista académica ‘Nutrients’ descubrió que el agua potable puede prevenir el deterioro progresivo de la memoria y la atención

La revista ‘Eat This Not That!’ ha recopilado algunos de los efectos secundarios que podríamos sufrir en caso de no tomar el agua suficiente recomendada. Recuerda que la cantidad óptima está en alrededor dos litros al día, y especialmente en verano es posible que necesitemos algo más.

Retienes líquidos (y ganas peso)

Aunque pueda sonar contradictorio, no beber suficiente agua puede hacer que tu cuerpo retenga líquidos y así sentirte más hinchado, lo que se traduce en un leve aumento de peso. «Cuando no bebes suficiente, el organismo tiende a reservar hasta la última gota para prevenir la deshidratación severa», admite Abbey Sharp, médica estadounidense.

Pierdes energía

El efecto más común de la deshidratación. Si experimentas sensación de mareo o fatiga quizás sea debido a que no has obtenido el agua que tu cuerpo demanda. Una deshidratación puede mermar tus niveles de energía, así que lo mejor será que eches mano de la botella y bebas un buen trago.

Pierdes concentración

El agua no solo es esencial desde un punto de vista fisiológico, también mental. Las habilidades y funciones de nuestro cerebro dependen muchísimo de la cantidad que tengamos en el cuerpo. Incluso una ligera deshidratación puede deteriorar seriamente el modo de procesar la información y responder a los estímulos. Un estudio de la revista académica ‘Nutrients‘ descubrió que el agua potable puede prevenir el deterioro progresivo de la memoria y la atención.

Aumenta el riesgo de derrame

Un estudio publicado en la ‘BMC Cardiovascular Disorders’ atribuye que la falta de agua no solamente puede aumentar el riesgo de padecer un derrame cerebral, sino también empeorar sus efectos. Por ello, y especialmente si eres una persona de riesgo, hídratate lo máximo posible sobre todo cuando hace mucho calor.

Tu metabolismo desciende

El agua es el primer material que nutre a las células para que realicen sus funciones vitales. Un estudio publicado en ‘The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism’ descubrió que aquellos que bebían en torno a un litro de agua aumentaron su tasa metabólica en las próximas horas en un 30%. Si estás perdiendo peso podría ser tu gran aliada, ya que también se demostró que aumentar la ingesta en 1,5 litros por día equivaldría a quemar 17.400 calorías adicionales en el transcurso del año.

Tu piel empeora

El agua regenera tu piel y, como es lógico, si no tomas suficiente acaba resecándose y empeorando su salud y aspecto. Cuando no bebes lo suficiente, el colágeno comienza a agrietarse, lo que provoca que las arrugas y líneas de la piel se noten más. También sucede eso con el interior del cuerpo, por lo que si restas demasiado su consumo te arriesgas a que tanto tu piel como tus órganos estén y se sientan más secos de lo normal.

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