España rural: siete planes para este verano atractivos, diferentes y baratos (menos uno)
Comienza la aventura. Todos estos lugares y experiencias nos pondrán en contacto con la naturaleza y nos permitirán conocer enclaves únicos y saborear productos de temporada. Hay que calzarse las botas, pero no olvidarse del móvil. Lo vamos a necesitar para hacer fotos.
En estos lugares hay que calzarse las botas, pero no olvidarse del móvil: lo vamos a necesitar para hacer fotos
¿Pastores o peregrinos?
Ordeñar ovejas y preparar cuajada son dos de las cosas que aprenderemos a hacer si nos apuntamos a una experiencia tan poco urbana como la de ser pastor por un día (turismovasco.com). Es una de las actividades que nos brinda el Parque Natural de Urkiola, que se extiende por el extremo suroriental de Vizcaya y norte de Álava. ¿Caminamos un poco? Desde Abadiño, donde se encuentra el Centro de Interpretación, comienza una “senda mágica” que nos llevará al Santuario de Urkiola, protegido por las paredes calizas de los montes del Duranguesado, y al valle de Mañaria, pasando por el Mirador de Tres Cruces, con el desfiladero de Atxarte y la cumbre del Amboto de fondo.
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Un camping junto al Delta del Ebro
Como en casa. Así se sentirán quienes se alojen en los bungalós del camping Ampolla Platja (campingampolla.es), en L’Ampolla (Tarragona), en el punto exacto donde la Costa Daurada y el Delta de l’Ebre se fusionan en un mismo paraje natural. Hay que decidirse: ¿playa o naturaleza en estado puro? Quien opte por la segunda opción encontrará lugares fantásticos, como la laguna de L’Encanyissada, con cuatro observatorios de fauna, perfectos para amantes del “birdwatching”, y los Jardines de Olivos, con ejemplares centenarios que podremos descubrir a través de una ruta que pasa por pistas, túneles y barrancos. Abubillas, abejarucos y jilgueros serán nuestros acompañantes.
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La laguna de L’Encanyissada cuenta con cuatro observatorios de fauna perfectos para los amantes del “birdwatching”
Dormir en un palacio
Entre el mar Cantábrico y los Picos de Europa, en un entorno privilegiado, rodeado de bosques, emerge el CoolRooms Palacio de Luces (coolrooms.com), en Lastres, “el secreto mejor guardado de Asturias”, si hacemos caso a su tarjeta de presentación. Habrá que resolver el misterio y conocer este antiguo palacio del siglo XVI, que hasta tiene su propia ermita. Cuenta con 44 habitaciones con vistas a la sierra del Sueve y un amplio catálogo de experiencias que harán las delicias de los más aventureros. Quizás haya quien quiera alcanzar la cima del Pico Pienzu (1.161 metros) pasando por el Mirador del Fitu. ¿El regreso? A través del Hayedo de la Biescona.
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Lanzados en tirolina
Solo es necesario un poco de valor para deslizarse por la Tirolina Valle del Tena, que, situada a 1.280 metros de altitud, traza un recorrido de casi un kilómetro sobre el embalse de Búbal. Lo mejor: en verano el trayecto puede hacerse ¡a la luz de la Luna! (tirolinavalledetena.com). Es la gran atracción de Hoz de Jaca hasta que se inaugure en el mismo lugar un columpio extremo con un vuelo dirigido de 60 metros. Recorrer las calles de este pueblo pirenaico con casas-patios, el puente del Camino de las Cotonas y la iglesia de los Santos Reyes nos dará un poco de calma. Tal vez no dure mucho… Muy cerca está un pico tentador: el Cuello del Pacino (1.827 metros).
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En Hoz de Jaca se inaugura un columpio extremo con un vuelo dirigido de 60 metros
Entre buitres y dinosaurios
Arriba, buitres leonados. Abajo, huellas de dinosaurio. Es el resumen que mejor define las vistas de las que disfrutaremos desde el Mirador del Torrejón sobre el cañón del río Leza, angosto desfiladero de imponentes cortados y paredes, al que es fácil llegar a través de una ruta circular de nueve kilómetros, que comienza en la ermita de la Virgen del Cortijo de Soto, en Cameros. Estamos en la comarca del Camero Viejo, en La Rioja, con sus casas construidas en piedra, ladrillo, madera y adobe. En sus alrededores se pueden seguir hasta seis rutas senderistas, todas ellas señalizadas. Una de ellas nos llevará la Fuente de los Caños, del siglo XIII.
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Una playa lejos del mar
Hasta Cañamero, a medio camino entre Logrosán y Guadalupe, tendremos que ir si queremos bañarnos en la primera playa de la provincia de Cáceres que ha conseguido la bandera azul. En realidad es un embalse de aguas cristalinas, el de Cancho del Fresno, perfectamente acondicionado con fina arena y sombrillas. Forma parte del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, así que desde aquí es posible hacer un sinfín de rutas a pie, como la de Isabel la Católica, que se adentra en el cañón del río Ruecas, con las pinturas rupestres de la cueva de la Chiquita, y pasa por la charca de las Nutrias.
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El embalse de Cancho del Fresno es la primera «playa» de Cáceres que ha conseguido la bandera azul
Caminos de arte y naturaleza
Elevado entre dos arroyos sobre una atalaya, San Martín del Castañar es uno de los pueblos de la Sierra de Francia, al sur de la provincia de Salamanca, al que apetece siempre volver. Forman parte de su patrimonio arquitectónico la coqueta Plaza Mayor, un puente y una calzada romanos y un castillo del siglo XIV que hoy acoge el Centro de Interpretación de la Reserva de la Biosfera en la que estamos. Desde aquí podemos seguir una ruta de nueve kilómetros por el Camino Asentadero-Bosque de los Espejos, repleto de obras de arte en plena naturaleza. ¡Qué curioso! Otro tipo de arte encontraremos a dos kilómetros del pueblo: un yacimiento visigodo nos espera.
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