Escapada perfecta a la Capital española del Turismo Rural
El primer motivo por el que Cazorla es una buena idea para esa escapada diferente es su situación como una de las puertas de entrada a las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, tras navegar por el inmenso mar de olivos que es la provincia de Jaén.
Otra razón es que en Cazorla siempre hay un plan y las opciones son válidas tanto para familias como para los aventureros más intrépidos, ya que desde el mismo pueblo parten numerosas rutas y senderos. Una de las más sencillas y también más bonitas es la ruta del río Cerezuelo. Parte de la Plaza de Santa María y a lo largo de cinco kilómetros se atraviesan zonas preciosas siguiendo el cauce del río. Bajo la sombra de grandes nogales, altísimos chopos y frondosas higueras irán apareciendo algunas pozas e incluso varias cascadas.
Sin tener que andar
Para los menos activos existe una alternativa con la que poder disfrutar de las vistas que rodean Cazorla. Un tren turístico que te lleva a varios miradores hasta llegar a la Ermita de la Virgen de la Cabeza, patrona de la localidad. Situada en lo alto de una colina, desde la ermita se puede observar el pueblo, cuyas casas blancas relucen entre el verde que le rodea. Y más allá, el tan característico olivar de Jaén, que llega hasta donde se pierde la vista.
Sin salir del pueblo
Cazorla tiene una variada oferta hotelera y eso se traduce en que entre sus calles siempre hay ambiente y da gusto pasear. Recorrerla de punta a punta es sencillo, además siempre puedes hacer una parada en sus múltiples miradores. Como no podía ser de otra forma, tiene su propio castillo que corona el pueblo. Otro plan que no puede faltar es subir hasta el castillo de la Yedra que hoy acoge el Museo de Artes y Costumbres Populares del Alto Guadalquivir.
Ruinas y leyendas
No deja de ser sorprendente que el monumento más visitado de Cazorla sean las ruinas de una antigua iglesia, la de Santa María, pero es igual de sorprendente toda la historia de este templo. Uno de los protagonistas es Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos V. Cuando se le permite construir una iglesia en Cazorla, él quiere algo grande y majestuoso, y se inspira en la cercana la capilla del Salvador de Úbeda, que también él mandó construir. Pero en Cazorla se encuentra con el problema de que no tiene sitio ya que el pueblo crece junto al cauce del río y, como él, va descendiendo ladera abajo adaptándose al terreno. Para complacer al señor, el arquitecto encargado decide canalizar el río y crear así un espacio suficientemente amplio como para construir su iglesia soñada. ¿Qué pasó? Que el río Cerezuelo no eran tan dócil como creyeron y en una de sus crecidas se llevó por delante la iglesia.
Pero no todo estaba perdido. La magistral obra de ingeniería que se llevó a cabo para soterrar el río es hoy visitable gracias a unos pasadizos que nos adentran en las profundidades del pueblo. Un túnel que, por supuesto, tiene su propia leyenda. Más información en andalucia.org