El pueblo más pequeño de Madrid: anclado en el tiempo y rodeado de naturaleza
Madarcos es una localidad de reducidas dimensiones, pero de enorme encanto. Esta villa de arquitectura tradicional se encuentra en las estribaciones de Somosierra y puede presumir de ser el pueblo más pequeño de toda la Comunidad de Madrid. Visitarla es hacer un viaje en el tiempo, y es que su entramado urbano a penas ha sufrido cambios importantes a lo largo de la historia.
Arquitectura tradicional
El origen del pueblo de Madarcos es incierto, ya que las fuentes documentales no aportan muchos datos hasta el siglo XIX. Sin embargo, como la mayoría de los núcleos de población de la Sierra Norte de Madrid, la villa debió fundarse en la época medieval como un asentamiento de pastores.
Madarcos conserva distintos elementos de su actividad tradicional, fundamentalmente ganadera, además de su arquitectura típica: una sola planta, cubierta a dos aguas y con muros de mampostería con roca de granito y esquisto. Igualmente, entre las casas, encontraremos varios edificios históricos, como la iglesia parroquial de Santa Ana, construida en el siglo XVII.
Rutas en la naturaleza
Además de visitar otros puntos de interés como el edificio del Ayuntamiento y el del Consultorio, la antigua fragua y el potro de herrar, podemos pasar a adentrarnos en el maravilloso entorno natural del pueblo.
Madarcos se enclava en el Valle medio del Lozoya, en la Sierra Norte de Madrid, un paisaje que nos invita a conocerlo a través de una red de rutas de senderismo. Por ejemplo, una buena opción de excursión es la senda que nos lleva hasta el pico de la Dehesilla a 1.316 metros de altitud. El camino nos conduce por parajes tan bonitos como la Dehesa Boyal, muy rica en flora y fauna.
Cómo llegar a Madarcos
El trayecto entre la ciudad de Madrid y Madarcos es de 1 hora y 15 minutos por la -1. Desde Segovia, es de solo 1 hora por la N-110.
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