El precioso pueblo italiano conocido como «la pequeña Jerusalén»
Los pueblos de la Toscana nos evocan paisajes bucólicos de praderas y viñedos que se extienden por las suaves colinas. Villas como San Gimigniano, Montepulciano o Volterra son las más conocidas de la región, pero también encontraremos algunas joyas escondidas como el precioso pueblo de Pitigliano. De esta localidad no solo nos sorprenderá su rico patrimonio arquitectónico, sino su interesante historia que le ha valido el apodo de «la pequeña Jerusalén«.
La historia del pueblo
Pitigliano se encuentra en una ubicación inmejorable: un promontorio rocoso a 313 metros sobre el nivel del mar, rodeado de verdes valles por donde pasan los ríos Lente y Meleta. Según una antigua leyenda, fue fundado por los romanos Petilio y Celiano, y de la fusión de sus nombres habría derivado Pitigliano.
En el entramado del pueblo todavía se pueden observar las huellas de todas las civilizaciones que han pasado por el lugar a lo largo de los siglos. Desde restos de antiguos asentamientos prehistóricos pasamos a los Etruscos y a los romanos; después a la Edad Media, cuando estuvo en manos de los Aldobrandeschi y los Orsini, y a la Edad Moderna, con los Medici y los Lorena.
Un importante núcleo hebreo
Cabe destacar la gran comunidad judía que vivía en Pitigliano desde el siglo XV y por la que pasó a ser conocido como «la pequeña Jerusalén». Durante siglos, el pueblo recibió judíos de otras localidades, perseguidos por el Estado Pontificio o por el Granducado, y poco a poco se convirtió en un pequeño núcleo hebreo.
A día de hoy, podemos perdernos por las calles del antiguo gueto judío y admirando los vestigios que esta cultura dejó en la villa, como la Sinagoga, la panadería donde se horneaba el pan ácimo, la bodega excavada en la roca donde se producía el vino kosher… Igualmente, es un buen plan visitar el Museo de la Cultura Judía.
Un rico patrimonio arquitectónico
Por otro lado, tampoco podemos perdernos otras visitas como el acueducto Medici, la Fortaleza Orsini, la Cattedrale de San Pietro y Paolo y el Palacio Orsini, un imponente edificio que originalmente pertenecía a los Aldobrandeschi, pero fue restaurado por la familia Orsini entre los siglos XV y XVI. Hoy en día es la sede del Museo Cívico Arqueológico y el Museo del Palacio Orsini.
En los alrededores del pueblo, merece la pena acercarse hasta las vías Cave, galerías excavadas en la roca por los etruscos. Las principales son las de Gradone, donde se ha instalado el Museo Arqueológico al Aire Libre Alberto Manzi.
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