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El ‘misterio’ del gol

Todo el mundo tiene en la cabeza algún pasaje goleador del Mundial. Sabe dónde estaba, cómo vio aquel partido o con quién. En España prevalece y prevalecerá siempre el de Iniesta en Sudáfrica. Son momentos únicos que reafirman la trascendencia de un torneo singular. La historia del Mundial se escribe, precisamente, a través del gol. Lucien Laurent, prisionero de guerra después y héroe desconocido, fue el primer goleador en un Francia-Uruguay en la edición de 1930. «De pronto, Delfour atacó por la derecha y pasó a Liberati, que centró. Yo corrí por el centro y conecté con el balón al caer, y entró por la esquina de la portería”, rememoraba. A partir de ese momento comenzó un relato de goles memorables que dejan un reguero de números y curiosidades.

Pelé, para muchos el más grande, aparece en la lista de los cinco máximos realizadores con 12 tantos, por detrás de Fontaine (13), Gerd Müller (14), Ronaldo (15) y Klose (16). El brasileño jugó cuatro Mundiales y conquistó tres. Su reconocida grandeza descansa, precisamente, en su vínculo tan fuerte con el mayor torneo de selecciones. Es uno de los más de 1.250 futbolistas que han marcado gol en la cita mundialista y uno de los noventa que al menos han hecho cinco goles. Y también figura como el goleador más joven de siempre al hacer su primera diana con 17 años y 239 días. El camerunés Roger Milla tiene el récord a la inversa al ser el futbolista de más edad en marcar. Lo logró con 42 años.

Aunque en menor medida que Pelé, Maradona no sería lo que fue sin el Mundial. También para lo malo. Argentina nunca hubiera podido conquistar el Mundial 86 sin la extraordinaria presencia del 10. Sin embargo, en su recorrido en los cuatro Mundiales que disputó no presenta unos datos tan sensacionales a los que su recuerdo evoca. Maradona marcó ocho goles en 21 partidos, es decir, 0,31 por encuentro. ¡Pero qué goles! Elegir la forma y el momento importa más que la propia cantidad. El reparto de goles en las finales y la estadística de los equipos campeones ofrecen una perspectiva muy interesante.

La España campeona de 2010 hizo gala de un control del juego absoluto, pese a los apuros iniciales. Nunca se destapó en sus cifras goleadores porque su fútbol priorizaba la posesión y el orden. Además, la altura de los rivales en las eliminatorias deparó duelos equilibrados. Hasta llegar a la escena cumbre de Iniesta que cambió la historia del fútbol español y que acreditó una hazaña que muchas generaciones creían imposible durante algún tiempo.

¿Quién no tiene en la cabeza dónde estaba y con quién cuando marcó Iniesta el gol? Es una historia de país, de identidad y de sentimiento colectivo que refiere a la especial repercusión que tiene el Mundial en todos. En Qatar la Selección debería alcanzar los 100 goles en el Mundial. Está a solo un tanto, con Villa a la cabeza de los artilleros al haber marcado nueve goles. Será una cifra redonda y una efeméride que nos servirá a todos para pensar en ese gol que alegró nuestras vidas.

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