El largo camino de las hipotecas verdes en España: escasas y más caras
Apostar por el medio ambiente, la sostenibilidad o la eficiencia energética no siempre resulta tarea sencilla. A pesar de que el cambio climático ha entrado de lleno en la agenda mundial por su impacto negativo sobre la economía y sociedad -un impacto que se recrudecerá en el futuro-, los incentivos para que los ciudadanos apuesten por todo ello no siempre van de la mano de la gravedad del problema.
La compra de una vivienda eficiente desde el punto de vista energético, la reforma de una casa que permita ahorrar energía o la adquisición de un coche eléctrico con cero o muy bajas emisiones, ofrecen al consumidor una importante reducción de costes a lo largo de la vida útil del activo adquirido. Y, sin embargo, su compra puede suponer un gasto inicial superior que, en muchos casos, desincentiva la compra.
La oferta de hipotecas verdes es escasa y generalmente más cara
Así lo ha constatado la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin) que, en un estudio sobre finanzas verdes en España realizado en colaboración con el experto financiero Antonio Luis Gallardo, ha analizado las opciones que ofrece el mercado en materia de hipotecas y préstamos al consumo verdes y llega a la conclusión de que mientras que la oferta de hipotecas es escasa y generalmente más cara que las hipotecas tradicionales, los préstamos al consumo para adquirir un coche eléctrico o reformar una casa para mejorar su eficiencia energética, sí suelen ofrecer condiciones más ventajosas al consumidor.
«La eficiencia energética de las viviendas es el requisito que plantea el acceso al mercado de las llamadas ‘hipotecas verdes’. La llegada de estos certificados, regulados por el Real Decreto 235/2013, de 5 de abril, y que tienen que entregarse de forma obligatoria ante cualquier venta de vivienda permite que, incorporándose en la documentación de solicitud de la hipoteca, sea sencillo de evaluar por el departamento de riesgos de la entidad financiera», explica Patricia Suárez, presidenta de Asufin.
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«Con todo, la oferta en el mercado es escasa, no existen bonificaciones importantes e incluso en algunos casos estas hipotecas son más caras que otras ‘no verdes’, dado que el diferencial de partida suele ser superior al que obtiene cualquier buen cliente de una entidad. A esto se une que las hipotecas verdes, que podrían suponer todo un incentivo para la compra de inmuebles más sostenibles, no toman en consideración cuestiones como el diseño arquitectónico, los materiales, la necesidad de iluminación artificial, el gasto en agua o en el caso de las viviendas rurales, la necesidad de un sistema propio de tratamiento de agua…», añade Antonio Luis Gallardo, quien también destaca la escasa la oferta de hipotecas verdes para la reforma de viviendas.
«Una excepción es la Hipoteca de Triodos que ofrece a aquel que reforme su vivienda y mejore su calificación energética, pasado el periodo de tipo fijo de su hipoteca (los 18 primeros meses), revisar a la baja el tipo de interés por el resto del periodo, teniendo que presentar tan solo el nuevo certificado energético», explica este experto.
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Una de las escasas hipotecas puramente verdes, es la de Triodos Bank, que cuenta con un diferencial asociado a la certificación energética, que permite una horquilla de precios desde la más barata, de euríbor + 1,05% para la certificación A, a la más cara, de euríbor + 1,29%, para la certificación G. Este producto lleva en el mercado de 2013. Según explica la entidad, hasta diciembre de 2019, el histórico acumula 2.058 hipotecas firmadas por valor de algo más de 250 millones de euros, mientras que la financiación para autopromoción, desde 2014 a 2020, alcanza un total de 298 hipotecas sostenibles por importe de algo más de 60 millones de euros.
El resto de entidades, aplican una pequeña bonificación en el diferencial al interés de su hipoteca variable: 0,25% en el caso de Bankia si la certificación energética resulta A o B; 0,10%, en el caso de Banco Santander; y 0,05%, en el caso de Cajamar.
A todos estos productos, desde Rastreator suman, además, la Hipoteca Oxígeno de Liberbank, para viviendas que cuenten con un certificado de eficiencia energética; Hipoteca Casa Eficiente BBVA, que ofrece un tipo de interés fijo, en condiciones especiales, para todos aquellos comprometidos con la sostenibilidad y que deseen adquirir una vivienda con máxima eficiencia energética (calificación A). O, la Hipoteca Freedom Green de Mediolanum, que ofrece un tipo de interés del 1,99% durante los primeros doce meses y de euríbor más 0,99% a partir del segundo año.
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Según Emilia Hernández, responsable de Hipotecas de Triodos Bank, son varios los factores que explican que no se haya generalizado la comercialización de las hipotecas verdes. “Creo que, por un lado, falta una verdadera conciencia medioambiental, una preocupación real por el impacto que las viviendas tienen en las emisiones de CO2. Por otro lado, encontrar un producto que de una manera objetiva vincule emisiones y precio, no es sencillo y quizás no sea el producto más rentable para otras entidades. Nuestro producto es el primero y único del mercado vinculado a la eficiencia energética de la vivienda y lleva funcionando desde que el certificado de eficiencia energética es obligatorio para el alquiler o compra venta de viviendas -junio de 2013-«.
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«Por último», prosigue Hernández, «lo que estamos viendo en el mercado es una competencia enorme en el precio de las hipotecas, lo cual es difícil de mantener a la par que un producto sostenible cuyo objetivo es fomentar que el parque de viviendas mejore su certificación energética y premiar aquellas que tengan la mejor CEE. ES una cuestión de prioridades”
Por su parte, para Simone Colombelli, director de Hipotecas de iAhorro, «a pesar de que en los últimos años se ha intentado poner el foco en estas hipotecas, a día de hoy son casi un producto marginal en España». Y, en su opinión, «el principal motivo es que los bancos no han terminado de empujarlas, no por falta de interés, más bien por una falta de concienciación y cultura en los compradores. Al final, la razón más habitual para contratar una hipoteca verde es el ahorro energético que vamos a conseguir con la vivienda en el futuro».
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Por otro lado, prosigue, «más allá de los incentivos que pongan algunos bancos para su comercialización, lo cierto es que han perdido peso también en gran parte por el panorama de tipos tan bajos que tenemos en la actualidad. En este sentido, es mucho más complicado hacer este producto competitivo. Los intereses en los que se mueve el mercado hipotecario han provocado que las rebajas o mejoras que antes se conseguían por una hipoteca verde disten muy poco de las que se pueden conseguir ahora en una hipoteca sin estas características, por lo que han perdido un poco su interés económico. Además, en el caso de las vinculaciones y los plazos, las ofertas de préstamos verdes no difieren mucho de las que podemos encontrar para una vivienda normal».
En su opinión, teniendo en cuenta las características de este tipo de préstamos hipotecarios, «ahora mismo el mayor valor que se podría obtener de una hipoteca verde es el ahorro medio en el hogar desde el punto de vista energético y una revalorización económica del inmueble a futuro», añade Colombelli.
«Nos encontramos ante una clara escasez de productos financieros que puedan considerarse ‘verdes’, especialmente de financiación, pero también de inversión, además de contar con una iniciativa pública insuficiente. La falta de deducciones, que no podemos olvidar que es uno de los alicientes principales para los ciudadanos, supone un lastre importante a la hora de mejorar la sostenibilidad de una vivienda».
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«El cumplimiento de los objetivos medioambientales y de desarrollo sostenible para el año 2030 es un hecho primordial y con el que todos debemos estar concienciados. Los consumidores, como último eslabón de la cadena, tenemos el poder con nuestras decisiones de cambiar muchas de las dinámicas económicas con impacto en nuestro entorno, no solo medioambiental sino social. Sin embargo, el mercado no ofrece incentivos atractivos«, lamenta Patricia Suárez.
Préstamos al consumo más atractivos
Según este estudio, la situación resulta bastante diferente en el caso de los préstamos al consumo para compra de vehículos ECO o reformas en el hogar. «La diferencia principal con respecto a las hipotecas verdes es que en la mayoría de los casos sí se ofrecen precios más competitivos que los tipos medios del mercado. Muchos de ellos se centran en la financiación de vehículos con etiqueta ECO y reformas para mejorar la sostenibilidad de la vivienda, con importes y plazos máximos de hasta 75.000 euros y 120 meses».
Los préstamos al consumo, más competitivos para la compra de vehículos ECO o reformas
Según el estudio de Asufin hay «hasta cuatro productos competitivos, con precios por debajo de la media de mercado, que es del 6,82%, según datos del Banco de España. Bankia es la entidad que menor interés cobra con su ‘crédito sostenible’ para vehículos, compra de electrodomésticos o reformas, con una TAE del 4,85%. Le sigue el préstamo para coche ecológico de BBVA, con una TAE del 5,21%. El de Kutxabank, para reformas y compra de vehículos, al 5,77% y el préstamo ‘Motor Eco Verde’ de Unicaja, al 6,01%. Ligeramente por encima del precio medio del mercado, se sitúa el de Banco Cetelem, para compra de vehículo híbrido o eléctrico, al 7,18%.
Todo ello influye a la hora de elegir financiación, como ha constatado Asufin que, tras entrevistas a más de un millar de personas, ha constatado que solo 1 de cada 10 personas estaría dispuesta a realizar una ‘inversión verde’, cuyos costes son superiores a los de una inversión clásica.
«Los beneficios fiscales, tanto en la compra como con posteriores deducciones, son una de las motivaciones principales para apostar por viviendas más sostenibles o por vehículos eléctricos. En este sentido nos encontramos con dos políticas completamente distintas por parte de las administraciones», explica Patricia Suárez. «Una apuesta decidida a la hora de subvencionar la compra de vehículos ecológicos, pero muy escasas ayudas en el campo de la vivienda sostenible».
Escasos incentivos fiscales
Y, una vez más, comprar un coche eléctrico tiene contempla mayores ventajas fiscales que la de una vivienda. El sector de automóvil contempla subvenciones y deducciones para la adquisición de vehículos con bajas emisiones, pero en el campo de la vivienda solo existen deducciones puntuales en ciertas comunidades autónomas.
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Así, por ejemplo, existen ayudas recogidas en el Plan de Vivienda 2018-2021 que cubren, por ejemplo, la rehabilitación de vivienda habitual enfocada a la eficiencia energética -también para hacer la vivienda más accesible-. «Sin embargo, son muy limitadas, sin que se haya desarrollado un plan que sustituya a éste cuando finalice dentro de un año», apunta Gallardo quien destaca cómo tras el fin de la deducción por compra de vivienda habitual hace ocho años, las deducciones en este campo «son escasas y en el caso de viviendas sostenibles aún más».
Por su parte, según la presidenta de Asufin, «el principal problema de las deducciones fiscales es que se aplican únicamente durante el año en el que se realiza la inversión y se establecen topes -que varían según la comunidad autónoma-, por lo que el beneficio fiscal real es muy bajo con respecto al total de la inversión».
El beneficio fiscal real es muy bajo con respecto al total de la inversión en el caso de las viviendas
En este sentido pone como ejemplo el caso de Galicia, donde el comprador se puede deducir hasta un 15% de las cantidades totales invertidas, pero con un límite máximo de 9.000 euros por sujeto pasivo. El requisito es que el inmueble mejore en su eficiencia energética pasando a una calificación superior. En Canarias, por ejemplo, se puede deducir el 10% de las cantidades destinadas a las obras de rehabilitación energética en la vivienda habitual del contribuyente, con una base máxima de 7.000 euros por contribuyente.
De hecho, los beneficios fiscales juegan un papel muy importante en la decisión de compra de una vivienda más sostenible. Según la encuesta de Asufin, la mitad de encuestados compran en función de las deducciones fiscales, mientras que un 30,4% busca ver reducidos sus impuestos, y el 15,3%, espera ver mejoradas las condiciones de su hipoteca. Por último, un 3,9%, declara no necesitar incentivos, al considerar que el ahorro energético y de otra índole que globalmente consiguen es suficiente aliciente.
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Por el contrario, respecto a los coches eléctricos existen actualmente dos líneas de subvenciones activas, incompatibles entre ellas, por lo que el consumidor debe escoger una u otra. Por un lado, el Plan Renove, que en su edición del año 2020 se dirigió a los vehículos con calificación energética A o B y el Plan Renove II, dirigido solo a coches eléctricos, híbridos enchufables y de gas. El valor de la ayuda a recibir difiere en función del comprador, la tecnología elegida y la autonomía, pero llega hasta los 6.500 euros.
«Desde Asufin debemos llamar la atención sobre este hecho y la falta de soluciones en el corto plazo, debiendo ser las administraciones públicas las primeras implicadas en que una inversión verde, sea rentable y atractiva. Pero también puede ser una buena oportunidad para las entidades financieras si deciden apostar por este tipo de productos, abriendo un nicho en el mercado, siendo fundamental que las condiciones que ofrezcan sean competitivas y alienten a un ciudadano a comprar una casa más sostenible que otra, o a reformar la suya propia con el fin de que las emisiones que ésta produzca sean compatibles con la prevención del cambio climático, que es un objetivo mundial que debe ser perseguido por todos nosotros», concluye Suárez.