El joven que se inventó una agresión homófoba en Malasaña declarará ante el juez por supuestamente simular un delito
El magistrado titular del Juzgado de Instrucción nº 52 de Madrid tomará declaración el próximo 17 de diciembre por la supuesta comisión de un delito de simulación de delito, tipificado en el artículo 457 del Código Penal, al joven que se vio envuelto el pasado mes de septiembre en un incidente sobre una hipotética agresión homófoba en el madrileño barrio de Malasaña.
El joven de 20 años que denunció falsamente que fue víctima de un brutal ataque homófobo el pasado septiembre en el madrileño barrio de Malasaña, reconoció finalmente a la Policía Nacional que lo hizo a instancias de su novio, que desconocía lo ocurrido, y para ocultarle que las heridas y laceraciones fueron fruto de una práctica masoquista consentida con otros dos hombres.
Según informaron fuentes policiales, el chico afirmó que después de dichas prácticas sexuales, vio la gravedad de las heridas, con marcas de un cúter en el labio y en la nalga tatuada la palabra ‘maricón, y llamó a su pareja. Entonces, fue el novio a su casa, situada en la calle la Palma, y le curó laceraciones. El herido le convenció de que no llamara al Samur o a la Policía.
La falsa víctima no quería que su novio se enterara de que le había sido infiel con dos hombres en ese mismo piso y por eso supuestamente se inventó la versión de la agresión de ocho hombres encapuchados a la puerta de su casa. La pareja le insistió, ante la gravedad de lo sucedido y engañado, a que acudieran al centro de salud, donde la enfermera que le asistió le indicó que comunicaría a la Policía lo ocurrido, siguiendo el protocolo de agresiones.
Por ello, y a instancias también de su novio, el joven denunció presencialmente los hechos ante la Policía, concretamente en la comisaría Centro, situada en la calle Leganitos. Entonces, los agentes iniciaron una investigación, que consistió en investigar las cámaras de seguridad de la calle donde vive, otras aledañas, incluso las del Metro de Tribunal.
En ninguna vieron rastro alguna de tanta gente encapuchada en pleno verano. A la hora a la que se refirió el falso denunciante, el domingo a las 17 horas, solo se le veía al denunciante entrando tranquilamente en su casa. Los agentes habían interrogado estos dos días a comerciantes y vecinos de la zona y tampoco había escuchado nada. Ni la vecina del bajo ni la del primero oyeron ni vieron nada raro esa día.