El increíble Parador que está en un palacio del siglo XVII donde durmió Napoleón
Pasar una noche en el Parador de Lerma es dormir rodeado de historia. Este pueblo de Burgos se asienta en un cerro dominando el río Arlanza y por su inmenso valor patrimonial ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico. Monasterios, iglesias y bonitas plazas conforman su entramado, pero la joya de la corona no es otro que su majestuoso Palacio Ducal, reconvertido a día de hoy en Parador.
El poder del duque de Lerma
El auge de Lerma vino de la mano de Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, más conocido como el duque de Lerma. Este aristócrata fue el válido del rey Felipe III, con lo que gozó de gran poder. Incluso, trasladó la Corte a Valladolid entre 1601 y 1606, amasó una gran fortuna y se engrandeció con más títulos, cargos, territorios…
El noble fue desarrollando la localidad de Lerma como la Corte de recreo, donde celebrar fiestas y al mismo tiempo gobernar él desde allí. De esta época data el precioso Palacio Ducal, además la Plaza Mayor y cinco conventos, entre otras construcciones.
Una joya histórica donde dormir
El Palacio Ducal controla el pueblo desde las alturas con su estética sobria, sus muros de piedra y sus más de 200 balcones de hierro. Sin olvidar, las cuatro torres con tejados de pizarra. El duque de Lerma mandó a construirlo en el siglo XVII sobre un antiguo castillo medieval y a lo largo de la historia aquí nació la hija de Felipe III, se celebró la boda real de Luis I e incluso durmió Napoleón Bonaparte en 1809.
A día de hoy, el palacio acoge un fantástico Parador que combina la tradición y los servicios modernos. En las habitaciones podremos disfrutar de un diseño elegante y unas preciosas vistas. Además, en el edificio también destaca su claustro y patio interior, con su columnata y sus arcos de medio punto, donde Lope de Vega estrenó sus obras hace 500 años.
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