El cementerio escondido en el metro de Tirso de Molina en Madrid
La red de metro de Madrid cuenta con 302 estaciones (sin sumar las de Metro Ligero). Se trata de la quinta del mundo en número de paradas y tiene 249 kilómetros de extensión. Cada año, más de 650 millones de viajeros utilizan el metro en la capital, haciendo rutas que unen diferentes líneas y paradas. Pero además de su utilidad como medio de transporte, el metro de Madrid también guarda historias que merece la pena conocer. Una de ellas está en la estación de Tirso de Molina.
Esta parada de la línea 1 guarda un secreto tétrico tras sus paredes: hay un cementerio escondido. Esto es así porque en la plaza donde se ubica, actualmente Plaza de Tirso de Molina (antiguamente Plaza del Progreso), había antaño un convento, en concreto el Convento de la Merced. Allí permaneció hasta el año 1834, cuando desapareció por la desamortización de Mendizábal: un proceso a nivel nacional para la comercialización de tierras y bienes que eran propiedad de la Iglesia católica.
El cementerio del convento, donde su enterraba a los frailes y nobles, estaba bajo el edificio, es decir, donde hoy se ubica la estación de metro. Así lo explicó Luis María González a ‘TeleMadrid‘, responsable de Andén 0, nombre bajo el que se engloban los museos que recogen los secretos que guarda Metro de Madrid: «¿No te da la sensación de que hace un poco más de fresco que en otras estaciones? La temperatura es un poco más baja porque nos encontramos en una zona donde hubo un cementerio. Uno de los derrumbamientos de las obras de 1920 desveló una galería: aparecieron 200 nichos y, en el suelo, rosas e inscripciones en latín muy deterioradas».
«Los nichos siguen en la estación. Se decidió que todos los restos encontrados en la tierra se llevasen a la ribera del Manzanares, pero los que estaban en buen estado se trasladaron a otra galería que estaba tras esa primera galería. Ahí siguen hoy en día», detalla González.
Por qué se llama Tirso de Molina
La parada de metro de Tirso de Molina se inauguró el 26 de diciembre de 2021, pero con el nombre de Estación Progreso, el mismo que llevaba la plaza en aquel momento. Fue en 1939 cuando, tanto la plaza como la estación, adoptaron el nombre de Tirso de Molina.
Pero, ¿quién fue Tirso de Molina? Uno de los frailes del convento de La Merced. Nació en Madrid el 24 de marzo de 1579 y murió en Almazán hacua el 20 de febrero de 1648. Este fraile brilló como dramaturgo, poeta y narrador, atributos que le valieron para nombrar a la plaza y la estación de metro.