Efectos secundarios del metamizol, uno de los analgésicos más consumidos
Indicado para combatir el dolor agudo y la fiebre, el metamizol es uno de los principios activos más consumidos de España. Tiene varios nombres comerciales, pero a menudo lo encontramos también en su forma genérica, ya sea en cápsulas de 575 mg, en ampollas o inyecciones.
Se trata de un medicamento que, a diferencia de antiinflamatorios como el ibuprofeno, tiene una buena tolerancia digestiva y es muy seguro, pero, como todos los fármacos, no está exento de efectos secundarios, algunos de ellos graves, por lo que hay que tomarlo con precaución, no más de una semana seguida y bajo la prescripción de un médico.
Efectos adversos del metamizol
Según advierte la CIMA (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) en la ficha técnica de este principio activo, el metamizol puede tener varios efectos secundarios, desde los más leves, como una ligera bajada de la tensión arterial -algo que le ocurre a uno de cada diez pacientes-, erupciones cuántas en una de cada 100, reacciones alérgicas en una de cada 1.000 u otros muy raros, como o agranulocitosis o problemas graves en riñones e hígado. En general, podemos dividir los efectos adversos en cinco grupos:
Hematológicos. El metamizol puede producir leucopenia, que es disminución del número de glóbulos blancos en sangre. Si este descenso es muy severo se conoce con el nombre de agranulocitosis, un efecto secundario muy raro, pero muy grave, pues puede comprometer la vida del paciente. Esta reacción no depende de la dosis y puede aparecer en cualquier momento, e incluso en pacientes que hayan recibido metamizol con antes sin problemas. El metamizol también puede reducir la cantidad de hematíes y plaquetas.
Reacciones alérgicas. El metamizol puede provocar reacciones alérgicas de menor o mayor gravedad, desde erupciones cutáneas, urticaria o rinosinusitis hasta asma o shock anafiláctico, algo muy poco común. Por este motivo, se recomienda que las personas con asma o atopía lo tomen con precaución y en caso de pacientes con riesgo elevado de reacciones anafilactoides se valore si es pertinente el tratamiento.
En la tensión arterial. En uno de cada 10 pacientes la tensión arterial puede bajar, especialmente en pacientes con hipotensión arterial preexistente, hipovolemia, deshidratación, inestabilidad circulatoria, insuficiencia circulatoria incipiente o con fiebre muy alta. En estos casos, la hipotensión puede llegar a ser severa.
Reacciones cutáneas. Aunque son muy infrecuente, el metamizol puede provocar reacciones cutáneas graves, como el síndrome de Stevens-Johnson (SSJ), necrólisis epidérmica tóxica (NET) y reacción medicamentosa con eosinofília y síntomas sistémicos (DRESS), que pueden ser potencialmente mortales o graves. El primer signo de alerta es la aparición de vesículas o ampollas, eritemas, úlceras en la boca o
Hepáticos. En algunos casos, se han notificados casos de hepatitis que se manifiesta con síntomas como ictericia, erupciones cutáneas, fiebre, aumento del nivel sanguíneo de enzimas hepáticas… La mayoría de los pacientes se recuperan al interrumpir el tratamiento, pero en casos aislados progresó hasta a insuficiencia hepática aguda.
Renales. En casos raros, el metamizol puede provocar daño renal, que se manifiesta en forma de inflamación del riñón (nefritis intersticial), disminución o supresión de la orina eliminada, incremento en la cantidad de proteínas excretadas por la orina o cromaturia (coloración anormal de la orina).
Otros efectos adversos muy raros pueden ser hemorragias gastrointestinales, síndrome de Kounis (un tipo de trastorno cardíaco) o sepsis (infección grave que implica una reacción inflamatoria de todo el organismo).
Cuándo acudir a un médico
Cómo advierten desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, si estamos tomando metamizol y notamos alguno de estos síntomas, debemos acudir cuanto antes a un centro médico:
•Sensación de enfermedad: náuseas, vómitos, fiebre, sensación de cansancio, pérdida de apetito…
•Orina muy oscura.
•Síntomas de daño hepático, como deposiciones de color claro, coloración amarillenta de la piel o de la parte blanca de los ojos, picor, erupción o dolor en la zona superior del estómago.
•Signos de reacciones alérgicas, como reacciones en piel y mucosas (picor, quemazón, enrojecimiento, hinchazón, urticaria…), dificultad para respirar, hinchazón de pies, manos, labios, garganta o vías respiratorias…
•Signos hematológicos o cardiacos: alteraciones del ritmo del corazón y disminución de la presión arterial, piel muy pálida, fatiga…
Además, se recomienda que no tomen metamizol las personas que han tenido previamente reacciones alérgicas o reacciones hematológicas con medicamentos que contienen metamizol u otros compuestos similares, han padecido síntomas de asma, rinitis o urticaria, padecen porfiria aguda, deficiencia genética de glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa, ha sufrido alteraciones de la función de la médula ósea y durante el embarazo y la lactancia.