Salud

Desmontamos el mito de las 2 horas de digestión previo al baño

Desde siempre hemos escuchado que, después de comer y antes de darse un baño o un buen chapuzón en la playa o la piscina, debían pasar al menos un par de horas como mínimo para evitar el tan temido corte de digestión. Este mito se ha ido extendiendo de generación y generación, y siguen siendo muchos los que creen que es cierto, pero realmente se trata solo de eso, de un mito.

El corte de digestión no existe

Siempre se ha hablado del corte de digestión como la razón para tener que dejar dos horas entre la comida y el baño, pero esto no es más que un mito, ya que el corte de digestión como tal no existe.

La digestión no se corta de esta forma y, en todo caso, para que se llegase a producir este supuesto fenómeno, habría que esperar mucho más tiempo, ya que el proceso de digerir es mucho más largo.

El verdadero “corte” que se produce recibe el nombre de hidrocución, que es un accidente que tiene lugar en forma de shock en el momento en el que el organismo cambia de temperatura de forma brusca.

Por otra parte, desde el propio ministerio de Sanidad se recomienda esperar dos horas desde la comida, pero solo como una medida de simplificación de la recomendación de medidas preventivas para evitar ese shock termodiferencial. Sin embargo, se recalca que este síndrome puede aparecer cuando una persona se sumerge de manera brusca en aguas frías y está acompañado de alteraciones del aparato respiratorio y cardiovascular que puede ocasionar en síncope, shock e incluso ahogamiento.

Factores que favorecen la hidrocución

Existen distintos factores que pueden favorecer que se sufra una hidrocución, como por ejemplo la de tomar el sol de forma demasiado prolongada antes del baño, si bien también puede venir dado por haber hecho un ejercicio físico intenso, tras sudar mucho antes del baño o en periodos de digestión tras comidas copiosas.

En determinadas ocasiones, meterse en el agua durante el proceso de digestión puede favorecer la hidrocución, ya que el estómago reclama la sangre y, dado el caso en el que el corazón la necesitase, podría ocasionar un problema de salud.

Cómo prevenir y actuar ante una hidrocución

Para evitar la hidrocución existen una serie de recomendaciones de prevención, partiendo de la máxima de evitar los cambios bruscos de temperatura, que son los que dan origen a este problema de salud.

Por este motivo, nunca se debe meter en el agua de golpe, sobre todo tras haber estado durante mucho tiempo bajo los rayos del sol o tras haber estado realizando algún tipo de actividad en la playa que haya implicado cierto esfuerzo. En su lugar, es aconsejable meterse al agua despacio y con calma, mojando poco a poco el cuerpo para que así este sea capaz de adaptarse al cambio de temperatura de una forma segura.

También se recomienda no comer de manera copiosa antes del baño, no nadar de forma intensa tras una comida, hidratarse constantemente a lo largo de la jornada y no ingerir líquidos fríos, sobre todo tras haber realizado un ejercicio físico de una alta intensidad.

Dado el caso de que se produzca un episodio de hidrocución, se debe salir del agua de forma inmediata o sacar a la persona afectada, que debe ser tumbada y secada. También habrá que vestirla o taparla con una toalla con el objetivo de que pueda mantener su calor corporal. Por otro lado, habrá que elevar sus piernas y, en el caso de que aparezca diarrea o vómitos, será necesaria una hidratación con agua o suero. Después, posterior hasta que se estabilice la tensión arterial.

En cualquier caso, ante cualquier síntoma de gravedad se aconseja avisar de forma inmediata a las autoridades sanitarias.

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