Descubren un nuevo beneficio del ejercicio moderado en las supervivientes de cáncer de mama
La quimioterapia es a menudo una parte fundamental del tratamiento del cáncer de mama, como sucede en muchos otros. Por desgracia, como es bien conocido, se trata de una terapia muy agresiva y con varios efectos negativos para el cuerpo humano.
Concretamente, una investigación llevada a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos), identificó el modo en el que la quimioterapia minimiza la respuesta inmune innata de las pacientes de cáncer de mama. No obstante, también han hallado claves sobre cómo restaurarla.
«No hace falta ser Schwarzenegger»
Así, y tal y como detallan en un artículo publicado en la revista científica Brain Behavior and Immunity, los autores observaron los cambios que producía una vacuna del tifus en una muestra de mujeres con varias condiciones; y, efectivamente, la respuesta inmune era significativamente menor en aquellas que habían sobrevivido previamente a un cáncer de mama tratado con quimioterapia.
Sin embargo, también se fijaron en que las mujeres que estaban por encima de la media en forma física, aunque fuera una diferencia mínima (medida mediante el pico de consumo de oxígeno) desplegaban una respuesta inmunológicamente notablemente superior a la media.
El fenómeno tiene aún más sentido si tenemos en cuenta que las mujeres con obesidad o con exceso de grasa visceral, condiciones que frecuentemente se relacionan con una baja actividad física, también mostraban una función inmune reducida.
Específicamente, las mujeres que habían sido tratadas con quimioterapia mostraban valores de interleucina-6 y glóbulos blancos un 44 y un 35% más bajos que la población general. En cambio, una puntuación sólo ligeramente por encima de la media en el pico de consumo de oxígeno volvía a elevar esos valores en, al menos, un 33%.
Lo que los científicos destacan en este caso es que estos hallazgos indican que «no hace falta ser Arnold Schwarzenegger»: simplemente, la práctica de ejercicio moderado de forma regular basta para minimizar este efecto negativo de la quimioterapia en gran medida.
Los resultados, de hecho, inciden en la importancia de llevar estilos de vida activos y minimizar la grasa visceral no ya en el conjunto de la población, sino específicamente en las mujeres que han pasado por un cáncer de mama o que han sido tratadas con quimioterapia.