Denuncian que La Paz «infrautiliza» el aparato de radioterapia donado por Amancio Ortega
El único acelerador lineal con resonancia magnética de España, donado por la Fundación Amancio Ortega al hospital La Paz de Madrid y que permite tratar 40 tipos de cáncer, registró el año pasado 12 pacientes frente a los 160 del hospital Sacro Cuore de Verona (Italia) en su primer año operativo y a los 390 del hospital Severance de Seúl (Corea del Sur).
Se trata de una gestión «preocupante» ya que La Paz recibirá un equipo de protonterapia (radioterapia de protones) aún más avanzado en los próximos años, mientras se está «infrautilizando» el actual acelerador MR-Linac que está «totalmente desaprovechado» pese a tener unos costes fijos de mantenimiento de más de 500.000 euros anuales, según varias fuentes.
El aparato, que costó 9 millones de euros y fue inaugurado en diciembre de 2021 por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, estuvo «varios meses parado» tras ser apartados dos profesionales –un oncólogo y una radiofísica- que recibieron formación en el extranjero para manejarlo, a causa de «enfrentamientos personales».
A una «mala organización» se atribuye la marcha y numerosas bajas médicas de profesionales de Oncología Radioterápica y de Radiofísica –los dos servicios responsables del aparato-, sin que la dirección del hospital tome medidas, coinciden distintas fuentes.
Mientras, unos 1.500 pacientes fueron tratados en los otros tres aceleradores que tiene La Paz, aunque menos avanzados, en ese periodo.
Capacidades del acelerador
El MR-Linac, ubicado en el Hospital Carlos III, en el complejo de La Paz, genera imágenes de resonancia magnética para ajustar la irradiación a la forma exacta y posición del tumor, que puede variar en cada sesión, minimizando así las dosis y con una precisión sin precedentes.
Su fabricante sueco, Elekta, cifra el potencial en 10-15 pacientes diarios, en sesiones de entre 30 y 60 minutos que permiten reducir la duración del tratamiento de varias semanas a, por ejemplo, cinco sesiones, en función del tumor.
En órganos como el hígado o el páncreas, y otros en movimiento como el pulmón, permite distinguir el tumor de los tejidos sanos. También se emplea en la próstata, recto, pecho, linfomas, cerebro, cabeza, cuello e incluso en tumores pequeños para tratar metástasis.
Se necesita «un médico, un físico y uno o dos técnicos en radiología» para manejarlo, informa Elekta, que tiene 50 unidades operativas en el mundo.
Actividad en la paz
Veintiocho pacientes fueron tratados entre diciembre de 2021 y el pasado 20 de febrero en 249 sesiones, ha informado el hospital, lo que supone 14 pacientes este año frente a los 12 de 2022.
Actualmente «cada día se tratan entre 3 y 5 pacientes en turno de mañana», indica La Paz, que cifra «en dos años» el tiempo para implementar con éxito la técnica, según los estándares internacionales. «Se empieza más lentamente y se va avanzando», añade.
En efecto, la ratio de pacientes oscila de los 180 del hospital de Tübingen (Alemania) en sus dos primeros años, a los 76 del Royal Marsden londinense en igual periodo, unas cifras que duplica el Sacro Cuore de Verona con 160 en un año y el Severance surcoreano con 390, mientras que el St. Vincent de Sydney (Australia) reporta 19 pacientes en un mes.
Problemas de personal
Después de seis meses de parón tras marcharse dos especialistas -el doctor Luis Fuertes y la radiofísica Eva Corredoira- que se habían formado en Inglaterra, «en octubre se incorporó una especialista solo para esa máquina, formada en el Princess Margaret Hospital de Toronto (Canadá)», explica el hospital.
Entremedias se fueron tres radiofísicos de 12 en ese servicio. En Oncología Radioterápica, ocho técnicos de 24 han tenido bajas médicas de entre 140 y 380 días por «situaciones relacionadas con la organización del trabajo», afirma CCOO.