De costa a costa de la península: ruta de 15 días desde Valencia a Portugal
Recorremos algo más de 1000 kilómetros por carretera desde Valencia a tierras portuguesas, en un trayecto que está salpicado de agradables sorpresas: ciudades y pueblos con encanto, lugares quijotescos, fortalezas y un paisaje que se va tornando distinto según avanza el camino.
Requena (Valencia)
La primera parada en esta ruta la realizamos en la localidad valenciana de Requena para descubrir su colorido casco histórico. Ubicado en un alto y rodeado por murallas y torres defensivas, el barrio medieval de la Villa es la zona más bella y más antigua de la localidad. Cuenta con diferentes puertas de acceso que te conducen hasta rincones con encanto, callejones con aires moriscos o al barrio de la judería. También se pueden visitar las cuevas subterráneas.
Tomelloso (Ciudad Real)
Unos 200 kilómetros separan Requena de Tomelloso, donde realizaremos la siguiente parada, ya en tierras de Castilla la Mancha. Aquí, además de admirar los molinos contra los que combatió Don Quijote, dedicaremos un tiempo para disfrutar del enoturismo en alguna de las más de 4 mil cuevas que se extienden por el subsuelo de la ciudad. Entre los principales lugares de interés en Tomelloso se encuentra la Posada de los Portales, un edificio histórico situado en la Plaza de España, que fue posada de viajeros y caballerías hasta los años setenta. Actualmente está reconvertido en centro cultural.
Daimiel (Ciudad Real)
Este pueblo manchego cuenta con uno de los parajes naturales más impresionantes de nuestro país: el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, que acoge a una variedad de más de 200 especies de aves que llegan hasta aquí para invernar o alimentarse. Además de visitar este espacio natural, en el pueblo de Daimiel no te pierdas la Iglesia gótica de Santa María la Mayor (siglo XIV), la de San Pedro Apóstol, el Teatro Alaya y la plaza de España.
Almagro (Ciudad Real)
Con el río Guadiana, los Montes del Toledo y Sierra Morena delimitándonos la ruta, vamos atravesando tranquilos pueblos de casas blancas y aires manchegos, como Puebla de Don Rodrigo o Piedrabuena. Pero nuestra próxima parada será en Almagro, una fascinante localidad que debe parte de su fama a su Corral de Comedias, el único que se mantiene intacto y en activo desde el siglo XVII hasta nuestros días. Destaca también su casco histórico y los soportales que forman la Plaza Mayor, declarada desde hace más de 70 años Conjunto Histórico-Artístico.
Mérida (Badajoz)
El Teatro Romano (escenario principal de su famoso festival de teatro clásico), el Anfiteatro, el Circo o el Templo de Diana… esta bonita localidad extremeña está marcada por su glorioso pasado romano. Pero además, en este viaje en el tiempo descubrirás también la época visigoda y árabe de Mérida. No pierdas la ocasión de disfrutar del tapeo en su plaza Mayor, y degustar algo tan típico como un plato de jamón de la Dehesa de Extremadura o la deliciosa Torta del Casar. Y por supuesto, todo acompañado de un vino de la Ribera del Guadiana.
Elvas (Alentejo)
Dejamos territorio español para adentrarnos en el vecino Portugal. A menos de una hora de Mérida se encuentra Elvas, un pueblo delimitado por las murallas que marcaron su historia. Y en su interior, calles preciosas que invitan a pasear y disfrutar de la tranquilidad de esta tierra portuguesa. En la Plaza de la República se encuentra la Catedral, pero si por algo destaca Elvas es por su enorme acueducto que la atraviesa. Además estás en la localidad que tiene más fortalezas de toda Europa, dos de ellas con forma de estrella: la Fortaleza de Santa Luzia y la de Nossa Senhora da Graça, una a cada lado del pueblo.
Évora (Alentejo)
Infinidad de sorpresas te esperan en la capital del Alentejo. En el centro histórico de la ciudad se alza el templo romano de Évora (conocido también como Templo de Diana). Lo mejor de todo es pasear por sus estrechas calles adoquinadas camino de la ciudad amurallada y perderte por sus rincones descubriendo su pasado. La Praça do Giraldo es el centro histórico, desde aquí toma la Rua 5 de Outubro, una de las calles comerciales más conocidas de Évora que te conduce hasta la catedral, del siglo XII, y rodeada de casas encaladas. Fue construida sobre los restos de una antigua mezquita y cuenta con un bonito claustro ajardinado de estilo gótico donde no faltan los naranjos. Si subes hasta las torres de la azotea disfrutarás de las mejores vistas de la localidad.
Setúbal
A unos 40 kilómetros de Lisboa nos encontramos con una de las bahías más bellas del mundo, que además está rodeada de una naturaleza exhuberante. Y en este paraíso del extremo de Europa ¡incluso podrás ver delfínes! Setúbal merece una parada para descubrir también todo el encanto que atesora en sus calles. En el Barrio Viejo se refugia el Portugal más auténtico, ese que parece haber dado la espalda al tiempo. Acércate hasta el Miradouro de São Sebastião para disfrutar de impresionantes vistas con panorámica sobre el puerto, el río Sado y gran parte de la ciudad. Y antes de abandonar Setúbal, sube hasta la fortaleza de San Felipe y visita la impresionante capilla decorada con azulejos del siglo XVIII.
Sesimbra
En el magnífico escenario del parque natural de la Arrábida se encuentra esta bonita localidad costera portuguesa. Su castillo árabe en lo alto de la colina es el perfecto enclave panorámico para captar las mejores vistas de la ciudad con el océano Atlántico de fondo. Además de admirar los acantilados al borde del mar, en Sesimbra podréis disfrutar de playas, visitar el Santuario del Cabo o la Fortaleza de Santiago. Y por supuesto, no os vayáis sin visitar el interior de la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, decorada con azulejos del siglo XVIII tan típicos de Portugal.
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