Cuidado con las superbacterias: qué son y cómo afectan a la salud de las personas
Según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, las superbacterias infectan cada año a miles de personas en España. De ellas, unas 4.000 mueren por esta causa. Abusar de los antibióticos es una de las principales razones por las que ciertas bacterias se vuelven resistentes, y consiguen ‘vencer’ a los medicamentos que deberían combatirlas.
Por eso, los médicos insisten en la necesidad de controlar el uso de los antibióticos, que carecen de utilidad en el tratamiento de virus como el de la gripe, por ejemplo, a pesar de que muchas personas los toman igualmente. Los expertos, además, apuntan a que el cambio climático no está ayudando a que el proceso revierta, al contrario. El aumento de las temperaturas está provocando que las bacterias ‘se sientan’ más cómodas y fuertes para saltarse, la protección que llevan implícita (en teoría) los antibióticos existentes en el mercado.
La mejor manera de usar los antibióticos
Si utilizamos los antibióticos de la manera correcta, se convierten en un poderoso arma para destruir las bacterias que provocan ciertas enfermedades.
Sin embargo, cuando hacemos un mal uso de ellos, por ejemplo intentando ‘cortar’ una gripe o un catarro, de origen vírico, lo que estaremos ocasionando es que se destruyan otras bacterias del organismo, consideradas ‘buenas’, y se rompa el equilibrio necesario para superar la enfermedad.
Un antibiótico, frente a un virus, no tiene absolutamente nada que hacer. Al contrario, su efecto es negativo. Cuando ese grupo de bacterias resistentes se hacen fuertes, tienen toda la capacidad necesaria para crecer y reproducirse rápidamente. Por si fuera poco, llega un punto en el que pueden incluso propagarse entre personas, lo cual hace que el problema de salud se extienda entre la población.
Hoy en día, existen muchos antibióticos que han perdido su efectividad frente a ciertas bacterias precisamente por la aparición en escena (y la propagación) de las superbacterias. Y la ciencia no va tan rápido creando nuevos medicamentos más avanzados como lo hacen estos microorganismos.
Cómo ‘trabajan’ las superbacterias
Hace años, las superbacterias se alojaban fundamentalmente en los hospitales, centros en los que conviven personas con las defensas bajas, lo que les convierte en mucho más susceptibles a las infecciones y su propagación. Es por eso, que muchas veces se aconsejaba que determinados grupos poblacionales no visitaran los hospitales si no era absolutamente necesario.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), en el 2050 habrá un mayor número de muertes provocadas por superbacterias de las que provocará el cáncer. Y es que estas cepas ‘extraordinarias’ se forman cuando las bacterias, como cualquier microorganismo vivo, luchan por sobrevivir frente a los ataques (de los antibióticos en este caso).
Lo peor de estas superbacterias tan peligrosas es que tienen gran facilidad para mutar. Una vez lo han hecho, cada vez se van volviendo más fuertes, perfeccionando su estructura y provocando nuevas enfermedades.
¿Por qué aparecen en escena las superbacterias?
Básicamente, estas cepas resistentes consiguen hacerse un hueco cuando no existe a nuestro alrededor la higiene necesaria, si se manipulan incorrectamente los alimentos, o si se toman antibióticos de la manera incorrecta, generalmente abusando de ellos o utilizándolos cuando no hacen falta.
A pesar de que la ciencia avanza con paso firme, y hace que los tratamientos para combatir infecciones y los antibióticos sean cada vez más sofisticados y efectivos, las bacterias siguen perfeccionando sus mutaciones. Por ello, se trata de un problema que no puede detenerse, y hay que luchar por controlar su avance.
¿Cuáles son las superbacterias?
La OMS ha establecido tres grandes grupos de superbacterias. En el primero de ellos han situado a las bacterias que son resistentes a los antibióticos de amplio espectro. El segundo grupo se encuentran una buena cantidad de ellas, con la salmonela a la cabeza (resistente a las fluoroquinolonas). Para finalizar, están las que carecen de sensibilidad a la penicilina, son resistentes a la ampicilina, y las inmunes a las fluoroquinolonas.
¿Me puedo proteger de las superbacterias?
Para prevenir infectarse con gérmenes nocivos, conviene lavarse las manos concienzudamente, a menudo, con agua y jabón. También está indicado el uso del desinfectante con base alcohólica que tanto se popularizó en la pandemia.
Una fuente habitual de contagio procede de la manipulación de los alimentos. Para evitarlo, límpialos al comienzo y cocínalos el tiempo suficiente. Usa siempre agua limpia para ello.
El calendario de vacunación debe estar al día, y es importante evitar el contacto estrecho (en la medida de lo posible) mientras otras personas atraviesan un periodo infeccioso.
Los antibióticos, úsalos conforme al prospecto y las indicaciones del médico (no excedas la dosis ni te automediques), y sólo en el caso de que sean estrictamente necesarios. Aunque te encuentres mejor (o eso creas), no interrumpas el tratamiento prescrito antes de tiempo.
Para finalizar, no compartas los antibióticos con nadie, por muy bien que te hayan ido a ti, y no reutilices ese medicamento que tomaste en otro tiempo y que ‘te sobró’.