Salud

Cómo saber si una variz supone un problema serio de salud

Su prevalencia es mayor en mujeres que en hombres, y pueden afectar al 45 por ciento de las personas en la edad adulta. Aún así, es importante saber diferenciar entre las venas reticulares y las varices, que tienen diferentes grados de intensidad y cuya evolución debemos vigilar para evitar males mayores.

La profesión que cada uno desempeña, los embarazos, el sobrepeso y la obesidad son algunos de los factores de riesgo que nos predisponen a sufrir este problema, a priori estético, pero que puede desarrollarse hasta convertirse en enfermedad venosa crónica.

Las famosas venitas rojas que suelen aparecer en las piernas, «cuando se inflaman y superan los 3 milímetros, se convierten automáticamente en varices, que surgen a partir de un defecto en el sistema nervioso, tanto superficial como profundo», comienza explicando a este diario el doctor Fernando Pérez Escanilla, responsable del Grupo de Insuficiencia Venosa Crónica de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.

Qué son las varices y por qué se producen

El doctor Antonio José Fustes-Morales, de clínicas Dorsia, resume por qué aparecen estos antiestéticos y dolorosos problemas en las extremidades inferiores. «Las varices son la consecuencia de la dilatación sostenida y progresiva de los vasos de los miembros inferiores, y la consecuente aparición de nuevos vasos (o antiguos dilatados). Los vemos como ramificaciones arbóreas en muslos y piernas y pueden ser de color rojo, púrpura, azules o verdosas«.

A partir del calibre que vayan adquiriendo por su progresión en el tiempo se clasifican en grados que van del I al IV. «Las grado I son esas lesiones arbóreas de aspecto superficial y menos de 5 milímetros de diámetro sin otros acompañantes. Los casos más severos se presentan en piernas progresivamente edematizadas, cansadas y pesadas, con la presencia de grandes troncos venosos sinuosos, sobresalientes y de calibres por encima de los 5 milímetros, que pueden recorrer grandes segmentos de la pierna comprometida».

Así pues, según la clasificación de las varices, pueden ser desde un problema estético sin trascendencia para la salud, hasta una enfermedad que afecte de manera decisiva a la calidad de vida de las personas.

Las causas que pueden originar una variz preocupante «pueden llegar tras un aumento de la presión, una hipertensión venosa (que se produce como una hipertensión arterial), así como un enlentecimiento en el retorno de la sangre«, dice el doctor Escanilla de SEMG.

Y añade: «No perdamos de vista que el corazón es una bomba impelente y aspirante que no puede mandar la sangre si a su vez no la recibe correctamente. En el momento en que empieza a haber hipertensión venosa o dificultad para el retorno, se inicia el círculo vicioso».

Primeros síntomas de alerta

Los hormigueos en las piernas, y una sensación de pesadez permanente pueden avisarnos de que estamos padeciendo insuficiencia venosa crónica.

Los expertos coinciden en el dato de que, llegadas a una edad, la mayoría de las mujeres ven en sus piernas esa especie de hilitos rojos de menos de un milímetro que comienzan a comunicarse entre sí. Ahí se habla ya de venas reticulares, pero todavía no es una variz (lo será cuando supere los 3 milímetros).

¿Cuándo debo preocuparme con una variz?

«De entrada, tenemos que empezar a tomarnos en serio una variz cuando ésta deja de ser una araña rojiza para empezar a dilatarse. Cuanto más dilatada está, mayor es el peligro. También hay que tener muy en cuenta la zona, aunque lo más habitual es que se asienten en el sistema venoso superficial», explica el doctor Escanilla.

«En sí misma, una variz es inocua a nivel global. Otra cosa es que haya gente que tiene muchas que acaban afectando seriamente al sistema circulatorio, con hipertensión venosa detrás. Los bultitos que presentan pueden permanecer años sin dar problemas, pero si nos damos un golpe, puede desencadenarse una varicorragia. Cuando se produce varicoflebitis (inflamación de la variz) hay que acudir al médico».

«Cuanto más próxima está la variz a la ingle, mayor riesgo hay de una trombosis en las piernas. Porque una variz, una vez que sale, ya nunca desaparece, aunque mejora significativamente si nos sometemos a tratamiento quirúrgico», concluye el experto en insuficiencia venosa crónica.

¿Qué son las varices tronculares y qué complicaciones desencadenan?

Javier Rangel, médico estético vascular de Clínica Menorca habla de que «en general, las varices pueden suponer un problema serio para la salud cuando hablamos de varices tronculares o insuficiencia venosa en grandes venas, ya que son en las que se puede generar algún tipo de daño colateral».

Dentro de las posibles complicaciones, «las más frecuentes son que se inflame la vena (flebitis) o que se genere un trombo dentro de la vena inflamada (tromboflebitis). Afortunadamente no suelen ser complicaciones muy graves, pero dependiendo de la vena en la que se generen, sí pueden llegar a serlo».

Cuidado con las varices en verano

En los pacientes que presentan grandes varices (aquéllas que se muestran con cordones que sobresalen de la piel) hay que tener especial precaución, y más de cara al verano, «ya que las subidas de temperatura suelen generar dilatación de las varices asociada al hecho de que se puede ver enlentecido el flujo venoso», explica el doctor Rangel.

Para mantenerlas a raya, hay que prestar atención a los cambios bruscos de temperatura, al color, y al hecho de que se presente dolor sobre las varices dilatadas. Y caminar todo lo posible, además de no permanecer mucho tiempo de pie.

Para prevenir su aparición, el doctor Escanilla sugiere mantener el peso adecuado y practicar ejercicio con regularidad. «También es útil dormir con el piecero de la cama unos 13 centímetros por encima del cabecero, con las piernas en alto. Las piernas suelen hincharse más por la tarde. Si descartamos cardiopatías posibles, es aconsejable usar venotónicos como prevención para facilitar el retorno venoso».

Además, «hay que procurar no superar los 90 centímetros de perímetro abdominal (sobrepeso), que pueden controlarnos en enfermería de nuestro centro de salud. Si la variz ha aparecido, las medias de compresión son una buena idea, siempre de la medida adecuada para que no sea peor el remedio que la enfermedad».

Soluciones para las varices

Si el tipo de variz que tenemos necesita de tratamiento médico, «deberemos ponernos en manos del cirujano vascular, que valorará la intervención quirúrgica tradicional, tratamientos láser o esclerosantes a través de un ecógrafo doppler», comienza explicando el doctor de clínicas Dorsia.

Y añade: «En ocasiones solicitamos una ecografía doppler en personas que parecieran tener un problema vascular sólo estético y nos podemos encontrar con que existe una insuficiencia vascular leve no diagnosticada, o las más peligrosas venas comunicantes patológicas que deben ser manejadas por un especialista», dice el doctor Fustes.

Cuando se tienen unas varices de grado I sin insuficiencia venosa o comunicantes patológicas, los procedimientos puramente estéticos como la escleroterapia o el láser son adecuados para mejorar el aspecto de estas molestas lesiones vasculares. Aunque no desaparecen completamente, la mejoría es muy grande».

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