Cómo limpiar la freidora de aire caliente sin dañarla

Las freidoras de aire caliente se han convertido en la opción favorita en muchos hogares españoles, sobre todo, desde que se pusiera de moda por ser una forma fácil y sencilla de cocinar muchos tipos de fritos sin necesidad de añadir aceite, lo que tiene como resultado una comida mucho más sana y baja en calorías.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, aunque a estas freidoras no hay que cambiarles el aceite como a las convencionales, sí que hay que conocer algunas pautas y recomendaciones de limpieza para mantenerla en buen estado y no dañarla.
Pasos para limpiar la freidora sin aceite
En primer lugar, hay que tener en cuenta que existen numerosas marcas que trabajan con este tipo de freidoras que no necesitan aceite, por lo que cada fabricante indica el modo en el que se tiene que limpiar para no dañarla.
Igualmente, se pueden seguir unas recomendaciones básicas que se pueden aplicar a todas las freidoras, ya que aunque no tener aceite hace que sean una opción más limpia, lo cierto es que se deben lavar después de cada comida.
Una de las formas más sencillas para hacer la limpieza después de cocinar en la propia freidora es usar simplemente agua y jabón con un estropajo que no raspe en exceso. De hecho, no se recomienda hacerlo con los estropajos de metal. También se puede usar un cepillo para limpiar la resistencia si no se puede sacar, pero siempre con uno de cerdas suaves y nunca metálicas o duras.
Tras lavar el cesto y la resistencia con agua y jabón, solo hay que dejarla secar y estará lista para su próximo uso, como si de cualquier cacerola o plato se tratase. Sin embargo, antes de hacerlo, hay que tener en cuenta que se debe dejar enfriar lo suficiente para evitar quemaduras.
Por otro lado, si lo que se quiere hacer es una limpieza más profunda, por ejemplo, porque se le ha dado mucho uso o tiene ya bastante tiempo y ha acumulado suciedad u olores más difíciles de eliminar, se pueden seguir estos pasos:
- Dejar que la freidora se enfríe completamente.
- Sacar el cesto y sumergirlo en un recipiente con agua caliente y jabón. Puede ser lavavajillas o un desengrasante, para eliminar bien los restos de grasa.
- Dejar actuar durante unos minutos y, después, limpiar con un estropajo o bayeta los restos tanto de suciedad como de jabón que hayan podido quedar.
- Con una bayeta humedecida en agua y jabón es recomendable limpiar la estructura de la freidora por fuera para eliminar la grasa, polvo y suciedad que pueda tener.
Con estos consejos puede ser suficiente para que la freidora quede completamente limpia y lista para su uso, sobre todo, si se lleva a cabo una limpieza rápida de manera diaria.
Si se quiere limpiar más profundamente todavía, habrá que seguir las instrucciones del fabricante, además de tener en cuenta que nunca se debe echar agua en el interior de la freidora y tampoco usar productos de limpieza abrasivos o muy fuertes que puedan dañar o rayar alguna pieza de su interior.