¿Cómo desenganchar a los niños del móvil y la tablet? Estos son los efectos de la adicción para su salud
El tiempo de uso de los dispositivos electrónicos no deja de crecer en España. La dictadura de lo visual, la de las pantallas, tiene también efectos perversos. Lo saben los más pequeños (o más bien sus padres), a los que hemos dejado con una pantalla entre las manos para tenerlos entretenidos e incluso para educarlos. Pero no.
Como advierten la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Americana de Pediatría, nunca hay que ofrecer un móvil o una tableta a un niño menor de 2 años y, una vez superados los 2 años, hacerlo de manera controlada y supervisada por un adulto.
Recuperar los libros de papel para los niños
Lo han visto en Suecia. Sus autoridades educativas han decidido frenar su plan de digitalización de las aulas, que aprobó en diciembre la Agencia Nacional de Educación y que iba a tomar impulso este 2023. Tras debatir durante meses sobre el papel de las pantallas en las aulas, la ministra de Educación, Lotta Edholm, anunció en mayo que dejaba en suspenso la estrategia de digitalización.
Han concluido que no hay que acabar con el libro de texto, el de papel. «Los libros tienen ventajas que ninguna tablet puede sustituir», ha defendido la ministra sueca. De modo que el Gobierno destinará 150 millones de euros a reintroducir los libros de texto en las aulas.
Los libros tienen ventajas que ninguna ‘tablet’ puede sustituir»
En ese debate hubo muchos informes y uno de ellos lo redactó el Instituto Karolinska. Según esta famosa institución, «toda la investigación del cerebro en niños muestra que no se benefician de la enseñanza basada en pantallas«.
El abuso modifica las estructuras cerebrales
Es un hecho y hay datos que lo demuestran. La psiquiatra Marián Rojas advierte de que la educación en la inmediatez está trayendo serias consecuencias. Asegura que el abuso de las pantallas está modificando estructuras cerebrales ya que, a nivel de corteza prefrontal, niños con 10 años tienen una corteza inmadura, pues solo se calman con pantallas, porque se frustran y no lo resuelven si no es con su uso mediante.
Las psicólogas del Centro de Atención Infantil Temprana (CAIT) del Hospital San Juan de Dios de Sevilla aseguran que existen niños con 3 o 4 años que presentan dificultades para solicitar necesidades básicas, como puede ser el agua cuando tienen sed, o comida, cuando tienen hambre. Sin embargo, añaden, saben reproducir de memoria frases de determinados dibujos animados que pueden ver en plataformas digitales.
Consejos para desengancharlos de las pantallas
«El que un niño tenga en sus manos un dispositivo digital le hace desconectar de todo lo demás, por lo que es mucho más fácil adquirir hábitos poco saludables de manera inconsciente. Cada vez más padres aprovechan ese momento en el que los niños están ‘en modo avión’ para introducir alimentos que no toleran de modo consciente, para afrontar momentos desagradables, como cortarse el pelo; esperas en los médicos, colas o restaurantes», aseguran estos expertos a Infosalus.
Establecer normas claras
«Hay que mantener una conversación sincera para que entiendan por qué no pueden estar todo el día ‘enganchados’ y por qué deben seguir algunas normas», explica Manuel Armayones, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigador del eHealth Center. Hay que explicarles qué se puede (y qué no se puede) hacer con el móvil, cuánto tiempo se le puede dedicar y en qué momentos hay que reducir su uso.
«Cuánto es mucho o cuánto es poco depende del efecto que tenga en la vida personal. En el caso de los niños, hay que prestar atención a si el uso de estos dispositivos cambia su comportamiento o si las actividades que realizan, como es el caso de los videojuegos, les crean una cierta adicción», añade.
Negociar sin miedo
No hay normas de oro para el uso de las pantallas y «como cada niño es diferente, las condiciones se pueden pactar», dice el profesor de la UOC. «Si un niño se porta bien y tiene buen rendimiento escolar, a veces podemos dejarle el móvil un ratito más. En otros casos, cuando vemos que el uso de estas herramientas genera un problema, es importante restringir su uso», explica el autor del libro El efecto smartphone: conectarse con sentido.
Hay que aclarar que el tiempo pactado también puede variar en función de las circunstancias. En cualquier caso, la última palabra siempre debe recaer en los progenitores.
Antes que prohibir, alternativas
«Los niños nunca piden el móvil cuando están en la playa o en un parque acuático, porque se lo están pasando bien y andan entretenidos. Sí lo piden, por ejemplo, cuando vamos a comer y se aburren con las conversaciones de los adultos. Esto nos debería hacer pensar», comenta Armayones en una publicación de la UOC.
Así que los límites sobre el uso del móvil pueden resultar más llevaderos si, a cambio, se les ofrece una alternativa, un plan. Puede ser jugar al aire libre, pintar, leer, hacer deporte, manualidades o pasar un rato en familia.
Mejor que predicar, dar ejemplo
«Enseñamos muchas más cosas a los niños cuando no les intentamos enseñar nada que cuando sí intentamos hacerlo», asegura el experto. De nada sirven los consejos sobre el buen uso del móvil si los niños ven que sus padres hacen justamente lo contrario. «Si queremos enseñar a los niños que no deben depender de una pantalla, es imprescindible que los mayores les demostremos lo mismo con nuestras acciones«, señala el investigador.
Con seguridad y sin contraseñas
Los móviles que utilizan los niños deben estar siempre bajo supervisión. Nada de contraseñas y nada de usar estos dispositivos a puerta cerrada. «Es fundamental que estemos pendientes de cómo utilizan el móvil y de qué hacen con él», asegura. Para ello, el experto también recomienda aplicaciones diseñadas para el control parental.