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Comienzan las obras de ampliación en Atocha: una oportunidad para "darle mucha más visibilidad" al homenaje a las víctimas del 11-M

Las obras en la estación de Atocha por la ampliación de la Línea 11 de Metro de Madrid dan la oportunidad para rehacer el monumento homenaje en recuerdo de las víctimas del atentado del 11 de marzo de 2004 y apostar por un espacio que refleje y visibilice mejor lo ocurrido. Desde las asociaciones de víctimas del terrorismo consideran que el lugar debe estar bien identificado.

Este miércoles comienzan los trabajos para acomodar el vestíbulo de la terminal a la nueva afluencia de pasajeros que se estima que habrá una vez esté operativa la nueva parada de la L11. Durante la primera etapa de estas obras, se desmontará el memorial interior, para lo que la Consejería de Vivienda, Transporte e Infraestructura estima que será necesario un mes. La segunda fase comenzará en octubre y se centrará en retirar el cilindro exterior, compuesto por cientos de ladrillos de vidrio.

«La gente pasaba por la estación y nadie sabía que eso era un homenaje a las víctimas del 11-M», explica el presidente de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Eulogio Paz Fernández. Desde la Comunidad de Madrid están trabajando con las diferentes asociaciones desde el comienzo del proyecto de ampliación de la L11 para consultar y consensuar cómo debe ser el futuro aspecto del vestíbulo. La presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo, Maite Araluce, considera que hay que aprovechar la ampliación para darle «mucha más visibilidad» al homenaje y que así los viajeros sepan que «allí hubo un atentado».

La idea en la que todos parecen coincidir pasa por incluir en las paredes del nuevo vestíbulo imágenes de las concentraciones y marchas del 11-M, además de los nombres de las víctimas. Para la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, además, es fundamental que figure una inscripción de homenaje como la que se hay en otros lugares de recuerdo, como la calle Téllez donde se puede leer: «A las víctimas del atentado yihadista del 11 de marzo de 2004». Paz Fernández considera que «después de 20 años ya es hora de que se indique lo que pasó allí».

Un nuevo monumento exterior bien identificado

El monumento cilíndrico, que todavía se mantiene frente a la estación de Atocha, se desmontará por completo y no se volverá a levantar. La estructura, de 11 metros de altura y 160 toneladas, está formada por ladrillos de vidrio, que al pasar la luz por ellos proyectaban en el suelo el nombre de las víctimas. El proceso para retirarlo dañará gran parte de los materiales, aunque se espera conservar algunos.

Aún se desconoce cómo será el nuevo monumento, del que se encargará el Ayuntamiento de Madrid. No obstante, la Asociación Víctimas del Terrorismo adelanta que la futura estructura «será mucho más accesible que la actual» que al situarse en una rotonda, habría que cortar el tráfico para llegar a ella.

Por su parte, desde Asociación 11-M Afectados del Terrorismo consideran que la futura ubicación podría estar en el terreno de la antigua gasolinera. Su presidente tiene claro que, al igual que con el homenaje interior, este debe estar «perfectamente identificado» e incluir señalizaciones exteriores que indiquen dónde está. «Es fundamental que ambas zonas estén identificadas con un texto que diga lo que allí pasó, de lo contrario, nosotros no estaremos de acuerdo con el proyecto», exponen.

Para tratar todas estas cuestiones, el Gobierno regional creó un grupo de trabajo con las asociaciones que se ha reunido en varias ocasiones para informar sobre los planes en marcha y recabar sus ideas. Las obras que comienzan este miércoles son solo la antesala de los trabajos que se deberán ejecutar en Atocha para conectar la línea 11 de Metro.

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