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Borja Iglesias: «Ganar la Copa del Rey fue algo muy emotivo»

Borja Iglesias (Santiago de Compostela, 1993) firmó un año para el recuerdo después de una metamorfosis repleta de superación y carácter. Fue el alma goleadora de un Betis que conquistó un título 17 años después. Su gol en la final contra el Valencia forma parte de la historia. Él no quiere asumir protagonismos y sí servir de reflejo al mérito colectivo, pero sus 20 goles en este 2022 lo han elevado a ser uno de los jugadores del año e incluso a estrenarse con la Selección. Por todo ello recibe uno de los Premios AS del Deporte de este 2022. En esta entrevista con AS, no duda en hablar de cada lucha interna por alcanzar el nivel que hoy lo convierte en uno de los delanteros del momento.

Premio AS del Deporte 2022. ¿Qué significado le da?

Es un orgullo, uno siempre quiere que lo valoren por su rendimiento. Es bonito, pero recalca mucho el nivel que está mostrando el equipo.

¿Es el mejor año de su carrera?

Creo que sí, hubo años muy buenos en otros equipos. Pero creo que es el momento de más madurez y que me he sentido más cómodo. Y jugué a mi mejor nivel.

¿Con qué se queda?

Ha sido un año muy bonito para mí, también complicado por momentos. Supe mantener la calma en los momentos malos y disfruté de los buenos mucho para que se alarguen en el tiempo. La Copa fue increíble, disfrutarla en nuestra ciudad fue maravilloso.

Si volvemos a enero. ¿Pensaba en todo lo que llegaría?

Quizás no exactamente igual, pero soñaría con ello. Me pongo en lo bueno, en los retos importantes. A veces las expectativas no se cumplen, pero esta vez a nivel profesional sí se cumplieron.

Encontró una estabilidad definitiva en el Betis. ¿Cuáles fueron las claves?

El primer año y medio fue duro, no terminaba de encontrarme a mí mismo en el juego y eso me preocupaba. Quería aportar mi valor al equipo. A partir de enero del siguiente año la realidad fue otra. Fue todo cómodo, iba creciendo. En ese sentido, cuando llegas a esa confianza, rindes mejor.

Pellegrini rota mucho. No siempre juega. Y eso no afecta ni a su juego ni a sus números.

Aprendí a disfrutar. Pellegrini pensó que esas rotaciones hacían bien al grupo, comencé a entender que iba a ser así. Te preparas de una forma distinta, intentando poner toda la energía en lo que haces ese día. Somos conscientes de que es una decisión que se toma por el bien del grupo y es mi mayor aprendizaje.

¿Qué recuerda de esa final de la Copa del Rey?

Lo primero que recuerdo es cuando acabó el partido y vi a mi familia y a mis amigos. Ver la felicidad de todos los que nos apoyan fue algo muy emotivo. El club puso mucha energía en conseguir vivir eso de nuevo. Había que romper esa barrera que se puso delante. Y lo conseguimos.

Cuando llegó al Betis, ¿soñaba con un momento así?

Vengo por cosas como ésta. Fue un factor diferencial, veía capacidad de luchar por cosas bonitas e importantes. Buscar un título es muy bonito. Sientes que puedes competir cualquier partido, eso lo hemos logrado.

¿Y ahora? Más allá del partido a partido, ¿con qué sueña?

Hay muchos retos cercanos, como la pelea en la Liga por la Champions, sueño con la Supercopa, que está cerca y será igualada. Es un momento distinto de la temporada. Sueño con volver a hacer un buen papel en la Copa y en Europa. Estamos capacitados.

¿Hay espinas clavadas?

Siempre las hay… Esa eliminatoria que se fue en el último minuto ante el Eintracht, mi expulsión ante el Sevilla… Pusimos mucho de nuestra parte y se escaparon detalles. Hay que limar esas situaciones.

Y en septiembre… debutó con la Selección.

Fue increíble, es un sueño para cualquier jugador. Es como un hito histórico en la carrera de uno. Agradezco mucho a mis compañeros, ellos me ayudaron a estar ahí.

¿Y el Mundial?

El fútbol es tomar decisiones, el seleccionador tiene la dificultad de escoger entre todos, no hay ningún rencor y seguiré trabajando para volver.

¿Qué le pide a 2023?

Le pido salud, a veces se nos olvida que somos privilegiados cuando estamos sanos, y no es tan sencillo. En nuestra profesión hay riesgo con las lesiones. Luego disfrutaremos de los momentos, sean buenos o malos. En los malos intentaré que me ayuden a ser mejor persona y jugador.

En enero de 2021, parece que comenzó todo ante la Real Sociedad. ¿Qué cambió ahí?

Creo que fue un día especial, llevaba mucho tiempo trabajando para salir de una situación complicada. Había presión añadida. Ese día fue una liberación, me sentí más cómodo después. Había cambiado mi percepción de mí mismo.

¿Qué ocurría antes?

A nivel emocional intenté siempre estar calmado, verlo todo de modo objetivo. La idea era trabajar y estar preparados. Hubo momentos que me costó más.

¿Se acuerdas de algún momento malo del pasado cuando vive la felicidad del presente?

Me gusta pensar en ello, sí. De esa experiencia saqué un aprendizaje muy bueno, como jugador y como persona. Pensamos «vaya mala suerte», y lo que tenemos que hacer es buscar la fórmula o cómo nos puede aportar eso y mejorarlo con uno mismo. Estoy muy feliz porque ahora en momentos complicados lo relativizo. Los grandes momentos no son eternos.

Muchos lo ven como una persona feliz. Quizás por el trato con los aficionados…

La realidad es que lo siento así porque cuando era pequeño me gustaban esas actitudes. No creo que sea diferente, lo siento así y estoy muy cómodo.

Y luego está el vestuario. ¿Tanto se nota el buen ambiente entre ustedes?

Lo que se ve sale natural. Tiene más valor para el grupo, no es forzado. El grupo es fantástico. En la época del Zaragoza, Celta, Espanyol también había un gran ambiente. Pero no era así. Cuando llegué al Betis había un grupo sano, pero no estaba la conexión que hay ahora. Eso afianza la relación de todos. Hay una sinergia bonita. Yo creo que luego eso es diferencial. Hay momentos en los que la situación no es la más cómoda, y ahí ves que no hay problema. Y es gracias a esto. Cuando sale tan fácil es un lujo.

Parece que hay crisis de delanteros. Falsos nueves a escena, esquemas sin ariete…

Y soy un nueve clásico, aunque ahora hay que aportar muchas cosas. El nueve ahora se siente más útil en el juego, se disfruta mucho. Hay distintos planteamientos y no hay una forma de ganar única. A mí me gusta jugar con delantero porque lo soy, es mi estado natural. Entiendo que en algunas situaciones pueda cambiarse por alguien no referencia. Intento aprender de eso también. Me hace más completo ver lo que puede hacer otro futbolista en mi posición sin ser un nueve.

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