Avance contra la hiperplasia de próstata: crean un método mínimamente invasivo para tratarla a largo plazo
La hiperplasia prostática, que consiste en un agrandamiento benigno de la glándula prostática, es una afección frecuente a medida que los hombres envejecen (afecta a más del 50% de los varones más allá de los 60años de edad). Se trata de un problema que puede provocar varios síntomas urinarios molestos e incluso complicaciones en el sistema renal y urinario; en esencia, la glándula aumentada presiona la uretra, causando signos como urgencia urinaria, un aumento de la frecuencia urinaria, inconsistencia en el flujo, dificultad para orinar y la incapacidad para vaciar completamente la vejiga.
«La PAE evita riesgos»
Ahora, un estudio a gran escala y a largo plazo ha dado cuenta de la eficacia de un nuevo tratamiento para atajar estas molestias. Se trata de la embolización de la arteria prostática (PAE, por sus siglas en inglés), un método de naturaleza quirúrgica pero mínimamente invasivo con un buen perfil de seguridad que puede evitar muchos de los efectos secundarios asociados a las opciones farmacológicas.
Tal y como refleja el portal de noticias científicas Eurek Alert, los investigadores han expuesto en la Convención Científica Anual de la Sociedad de Radiología Intervencional celebrada en Phoenix (Arizona) que nada menos que 1.000 pacientes que recibieron la intervención han reportado mejoras importantes en la sintomatología hasta seis años después.
«Nuestro estudio», argumenta Shivank Bhatia, director de radiología intervencional en la Escuela Miller de Medicina de la Universidad de Miami y uno de los autores del trabajo, «muestra que la PAE es un tratamiento altamente efectivo cuyos desenlaces en el largo plazo incluyen un alivio mantenido de los síntomas del tracto urinario inferior y una mejora significativa de la calidad de vida. De los 18 millones de varones en los Estados Unidos que cumplen con los criterios para ser tratados por la hiperplasia de la glándula prostática, muchos evitan cualquier tratamiento por los posibles riesgos, particularmente las pérdidas de orina y los efectos sobre la función sexual. La PAE evita estos riesgos, logrando a la vez desenlaces positivos en el largo plazo».
Un procedimiento indoloro
La técnica se realiza a través de una pequeña punción en la muñeca o la ingle. A partir de ahí, se inserta un catéter a través de la arteria que se conduce hasta la arteria que suministra sangre a la próstata. Una vez en este punto, se insertan una partículas muy pequeñas que bloquean el flujo en las ramificaciones de esta arteria, bloqueando la circulación sanguínea. Se trata de un proceso indoloro, que en todo caso se realiza con una sedación mínima para evitar la ansiedad.
Más allá de la reducción en la sintomatología, el procedimiento también logra una reducción sostenida a través de los años en el tamaño de la próstata. No sólo eso, sino que la próstata se mantiene blanda, lo que reduce las posibilidades de que aparezcan síntomas molestos.
Teniendo esto en cuenta, Bhatia anima a los pacientes a informarse sobre todas las opciones posibles, hablar con varios médicos y decidir cuál es la más adecuada para su caso, recordando que «la PAE continua siendo una alternativa muy atractiva para los pacientes con glándulas agrandadas y aparición de retención urinaria aguda».
Referencias
The Reis Group. Study finds prostate artery embolization to be effective long-term treatment for enlarged prostate. Eurek Alert (2023). Consultado online en https://www.eurekalert.org/news-releases/981092 el 06/03/2023.