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Atasco extracomunitario

El Madrid lleva tiempo arrastrando un problema: tiene muchos extranjeros y pocos huecos. Un tapón de extracomunitarios que está entorpeciendo la planificación de la próxima temporada. Porque no hay fichas; no se les puede inscribir. La normativa de LaLiga sólo permite tener tres futbolistas extracomunitarios en plantilla, que ahora mismo son Militao, Rodrygo y Vinicius. No puede haber más; es decir, no hay espacio para un posible regreso de Kubo, Reinier, una subida al primer equipo de Vinicius Tobías… o incluso algún fichaje (Gabriel Jesús, Sterling…). Pero vayamos por partes, que el asunto tiene su miga.

¿Qué es un extracomunitario?

No es cualquier extranjero; en líneas generales, son los procedentes de América, Asia o europeos fuera de la UE (Reino Unido, por ejemplo). ¿Por qué? Pues porque a lo largo de la historia el resto de regiones han ido firmando acuerdos que han tendidos puentes. Es el caso de la Ley Bosman, rubricada en 1995 y que permite a las personas de la Unión Europea ser consideradas comunitarias dentro de la propia Unión Europea. Otro ejemplo fue el Acuerdo de Cotonú, que brindó este status a quienes procedían de África, Caribe o Pacífico.

Pero aún no hay tratados con respecto a América, Asia o países de Europa que no sean de la UE. Es por ello que todos los jugadores brasileños, uruguayos, argentinos… o chinos, japoneses, coreanos, por ejemplo, deben ocupar una plaza de extracomunitarios al llegar a Europa. También los de Reino Unido, ‘víctimas’ del Brexit. En función del país, se permiten más de estas vacantes o menos; en España, el límite son tres, pero en Alemania no hay y en Italia, pese a que también sean tres, existen excepciones (como que sea un extracomunitario proceda de otro equipo italiano).

¿Y cómo se puede dejar de ser extracomunitario?

Consiguiendo un pasaporte español, es decir, una doble nacionalidad. Para ello un futbolista deberá cumplir exactamente el mismo requisito que cualquier otro ciudadano: llevar diez años viviendo en España. Esta cifra se reduce dos en aquellos procedentes de Latinoamérica, Andorra, Filipinas o Guinea Ecuatorial (y a uno, en caso de contraer matrimonio con una persona española). Es por ello que los jugadores brasileños del Madrid podrán iniciar sus trámites al pasar dos temporadas de blanco. El problema es que la llegada de la pandemia ralentizó mucho estos procesos, que avanzan con una lentitud casi angustiosa.

Ejemplo de ello es que Vinicius, residente en España desde el verano de 2018, lleva meses esperando una resolución que no llega. El futbolista, tal y como ha podido saber AS, presentó la totalidad de la documentación hace tiempo; el Real Madrid lo sabe y es consciente de que no se puede hacer más, pero el ‘ok’ de la administración no llega. Y aunque se da por hecho que está al caer, no hay exactitud de cuándo. El último en atravesar este trámite fue Valverde, que recibió la doble nacionalidad en 2019, permitiendo el fichaje de Rodrygo.

Militao-Rodrygo, después

Ambos llegaron un año después que Vinicius, ese preciso verano de 2019, pero también están ya en condiciones de solicitar sus dobles nacionalidades. Y lo han hecho. Pero si la resolución de Vinicius, enviada mucho antes, aún no ha llegado, se entiende que las suyas mucho menos. De momento con lo que cuenta el club es con recibir el ‘ok’ de Vini, liberar una plaza y a partir de ahí, ir descongestionando el asunto inscribiendo, al menos, a otro futbolista extracomunitario de los muchos que están en la cola.

AS sabe de una fuente directa del Ministerio de Justicia que todos los procesos de nacionalizaciones han sufrido una enorme ralentización desde este pasado mes de marzo. Hay innumerables solicitudes acumuladas y eso ha provocado que muchas se estén demorando. Entre ellas puede estar la de Vinicius. El Larguero amplió esta información aportando que hay expedientes pendientes desde 2016, dentro de entre los cuales se encuentra el del extremo brasileño. El mismo Ministerio aseguró a AS que este atasco se ha ido diluyendo en las últimas semanas y el proceso va avanzando con más ligereza.

Atasco

Pero en la cola de Valdebebas… hay unos cuantos. Para empezar, dos de los cuatro cedidos: Kubo y Reinier. El caso del japonés es especialmente delicado, pues él no podría solicitar la doble nacionalidad hasta haber residido en España diez años. Necesita sí o sí una plaza de extracomunitario si quiere jugar en el Real Madrid. Con respecto a Reinier, al ser brasileño el trámite se suaviza, pero lleva dos años viviendo en Alemania (cedido al Dortmund) y no en España, así que su proceso tendría que empezar prácticamente de cero. De cualquier manera, su futuro a corto plazo parece lejos de Chamartín; el club ya trabaja en otra cesión.

No acaba ahí el problema. La reciente incorporación de Vinicius Tobías -lateral derecho que actualmente entrena y juega con el Castilla, pero cuya idea era que en esta segunda temporada empezase a dar saltos al primer equipo- es más de lo mismo. Brasileño, extracomunitario; necesita una plaza. Y eso, sin contar con fichajes. El reciente ofrecimiento de Gabriel Jesús ha encendido este debate: deportivamente hablando sería una opción interesante, pero para llegar debería liberarse alguna vacante de extracomunitario, algo que a día de hoy no depende del Real Madrid.

Futuro condicionado

El Madrid tiene un enorme handicap en la planificación de su temporada. La posible llegada de Sterling, ofrecido al club como contó este periódico, también ha tocado el mismo hueso: Reino Unido ya no pertenece a la UE, por lo que queda al margen de la Ley Bosman y los ingleses ya son considerados extracomunitarios. La llegada de Rüdiger (Alemania) y más que posible de Tchouaméni (Francia) no afectan en este sentido y en ese sendero están obligados a darse muchos de los pasos del futuro. Fichar comunitarios.

Porque a día de hoy la única certeza es que el primer pasaporte español en llegar será el de Vinicius; y que no tardará, pero hasta ahí se sabe. Mientras tanto, las tres plazas de extracomunitarios siguen ocupadas por los mismos que lo hacían en 2019. No hay más. Mientras no haya novedades, Kubo no puede volver, Reinier tampoco y el Madrid sólo puede fichar jugadores de la Unión Europea o de países a cuentagotas. El atasco es mayúsculo.

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