Así es el ozanimod, un nuevo fármaco que logra frenar la progresión de la esclerosis múltiple
No hace mucho tiempo, la esclerosis múltiple conllevaba para una importante proporción de los pacientes diagnosticados un gran deterioro de sus funciones físicas y cognitivas, con el impacto que eso supone en el día a día. En los últimos años, no obstante, la investigación ha permitido ir desarrollando tratamientos capaces de reducir estos desenlaces.
Ahora, la farmacéutica Bristol Myers Squibb ha obtenido la financiación en el Sistema Nacional de Salud del fármaco ozanimod (comercializado bajo el nombre de Zeposia), una opción terapéutica para pacientes adultos con esclerosis múltiple remitente-recurrente (el tipo más frecuente, que afecta a más de un 80% de los casos). Se trata de una forma de inmunosupresión capaz de reducir hasta en un 60% las recaídas con una elevada seguridad.
«Eficaz, seguro y conveniente»
Así lo ha anunciado este miércoles la compañía en una rueda de prensa celebrada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que ha contado con la presencia de la periodista Lourdes Maldonado, del vicepresidente europeo y director general de Bristol Myers Squibb en España y Portugal Roberto Úrbez, del jefe del servicio de Neurología del Hospital Vall d’Hebron y director del Centre d’Esclerosi Múltiple de Catalunya Xavier Montalbán y de la jefa de sección de Neurología y coordinadora de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Clínico San Carlos Celia Oreja-Guevara.
La aprobación del fármaco se ha basado en los datos de dos ensayos clínicos de fase 3 (SUNBEAM y RADIANCE), que en conjunto suman una cohorte de de más de 2.600 pacientes. En estos trabajos, el ozanimod redujo significativamente las recaídas en comparación con el interferón beta-1a (principal tratamiento actual frente a la esclerosis múltiple)
En este sentido, Úrbez ha destacado que se trata de un tratamiento «con una alta eficacia, una alta seguridad y una alta conveniencia, pues se trata de un medicamento oral que se toma una vez al día. Da respuesta a las recaídas y a las lesiones cerebrales que conducen al deterioro cognitivo».
Igualmente, en 2021 la Comisión Europea aprobó una nueva indicación de ozanimod en colitis ulcerosa y en la actualidad se estudia su posible uso para la enfermedad de Crohn, otra patología inmunomediada.
Tratamiento de primera línea
Tal y como desarrolló Oreja-Guevara, una de las características que definen el fármaco es que se puede emplear como tratamiento de primera línea, con el primer diagnóstico de la enfermedad. De esta manera, y dado que en la actualidad no existen terapias capaces de restaurar los daños en la mielina que provoca la Esclerosis Múltiple, el ozanimod permite prevenir en buena parte la progresión de la enfermedad hacia su forma secundaria progresiva.
Esto es posible, explicó, gracias a su alta seguridad. De hecho, sus efectos adversos son especialmente leves teniendo en cuenta que se trata de un fármaco inmunosupresor: «como con otros tratamientos de inmunosupresión, hemos observado un cierto aumento de infecciones comunes, como la nasofaríngea. Pero no se ha visto que aumenten las infecciones oportunistas, y tampoco ha habido aumento de neoplasias o tumores».
«Sí que hay siempre con este tipo de fármacos un aumento en las infecciones por herpes zóster, algo que ya es conocido, y hay más que con otros tipos de fármacos como el interferón. Pero es algo que se da en todos los tratamientos con este tipo de fármacos».
Además, es un medicamento apto para un perfil mayoritario de los pacientes de esclerosis múltiple: «Puede recetarse a todos los pacientes que empiecen con esclerosis múltiple remitente-recurrente que tengan alta actividad de la enfermedad y que no tengan alguna enfermedad grave como una neoplasia o algún otro tratamiento», señaló.
La enfermedad de las mil caras
La esclerosis múltiple a veces se conoce como la ‘enfermedad de las mil caras’, ya que se manifiesta de manera poco predecible y con síntomas muy variados en cada persona. En su variante remitente-recurrente, suele presentarse en la forma de brotes con espacios de remisión entre medias; aunque en un porcentaje importante de los casos, en torno al 40%, tiende a tomar la forma secundaria progresiva, en la que en los momentos de remisión también se va produciendo un empeoramiento de los síntomas.
Se trata de una enfermedad autoinmune, en la que el sistema inmune ataca las vainas de mielina que protegen las fibras nerviosas y los axones de las neuronas. Esto perjudica la comunicación de las células nerviosas, provocando con el tiempo los diversos síntomas neurológicos y un cierto grado de atrofia cerebral.
Según ha señalado Montalbán, es una enfermedad que «como todas las autoinmunes, afecta mayoritariamente a mujeres: aproximadamente tres o cuatro mujeres por cada hombre». El diagnóstico se produce mayoritariamente «entre los 20 y los 40 años de edad, y supone un gran shock para los pacientes, y por supuesto para sus familiares y amigos».