Así es cómo la hormona del amor mejora el deterioro cognitivo en pacientes con alzhéimer
La oxitocina cumple un papel importante en muchas de las sensaciones placenteras que experimentamos a lo largo de nuestras vidas. En las relaciones sexuales, en las caricias y los abrazos, en la confianza… Pero la oxitocina también tiene efectos sobre nuestro organismo.
Incluso, es posible que pueda emplearse como medicamento. Y es que un equipo de científicos ha publicado un artículo en el medio académico Neuropsychopharmacology reports en el que detallan que su administración intracerebral e intranasal puede mejorar el deterioro de la memoria en procesos neurodegenerativos como el alzhéimer.
Un ‘antídoto’ frente a los beta-amiloides
Previamente, estos mismos autores habían llevado a cabo experimentos sobre ratones en los que habían constatado que la oxitocina (que es un péptido) podía reducir el compromiso en la plasticidad sináptica del hipocampo provocada por el péptido de beta-amiloide (una forma defectuosa y no soluble que, de manera característica, en la enfermedad de alzhéimer tiende a acumularse en el cerebro produciendo lesiones en los tejidos; para muchos científicos, esto explica los síntomas y el deterioro típicos de la enfermedad).
Ahora, han ahondado en la cuestión probando también sobre modelos de ratones los efectos de la administración intracerebroventricular (es decir, introduciéndola directamente en las cavidades del cerebro que albergan el líquido cefalorraquídeo) e intranasal de oxitocina y de un derivado de la misma.
Posteriormente, sometieron a los ratones a una serie de exámenes, el ‘laberinto en Y’ y el ‘laberinto de agua Morris’. En esencia, se trata de pruebas en las que los roedores deben completar unos laberintos específicamente diseñados para testar aspectos de la cognición como el aprendizaje espacial o la memoria, así como otros relacionados con la motivación e incluso con la capacidad motora.
Sin diferencias entre ambos métodos
De esta forma, comprobaron que aquellas ratas que habían recibido la oxitocina o el derivado, en comparación con el grupo de control (un grupo de roedores con alzhéimer que no habían recibido los fármacos), se desempeñaban mejor en estos test.
Esto quiere decir que los dos enfoques probados (la inyección intracerebroventricular e intranasal) lograban mejoras cuantificables en diversos parámetros asociados al deterioro cognitivo, tales como el aprendizaje espacial o la memoria, así como una mejora en las capacidades locomotoras, sin grandes diferencias entre los dos métodos.
A partir de estos datos, concluyen que la administración de oxitocina o de su derivado por estas vías podría constituir un enfoque clínico válido en el tratamiento de la amnesia asociada a patologías como el alzhéimer. Sin embargo, y como es lógico, es preciso recordar que se trata de un estudio realizado sobre modelos animales, por lo que debería ser testado en humanos en los ensayos clínicos pertinentes para que pueda convertirse en una realidad clínica.
Referencias
Junpei Takahashi, Yudai Ueta, Daisuke Yamada, Sachie Sasaki-Hamada, Takashi Iwai, Takashi Iwai, Tomomi Akita, Chikamasa Yamashita, Akiyoshi Saitoh, Jun-Ichiro Oka. Intracerebroventricular administration of oxytocin and intranasal administration of the oxytocin derivative improve β-amyloid peptide (25–35)-induced memory impairment in mice. Neuropsychopharmacology Reports (2022). DOI: https://doi.org/10.1002/npr2.12292