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Acosta no hace prisioneros

A los fuera de serie, en el motociclismo, generalmente se les ve venir desde jóvenes, y es cuando llegan a MotoGP cuando se doctoran de verdad, pero ninguno de los que consigue coronarse en la clase reina se olvida del camino recorrido hasta llegar a la cima, porque ganar los títulos de las categorías pequeñas no es tarea fácil ni algo que consiga cualquiera. Uno que lo ha logrado es Pedro Acosta y en menos tiempo que nadie, porque sus dos títulos conquistados en sólo tres temporadas son algo que nunca antes hizo ningún otro piloto, ni siquiera Rossi, que necesitó cuatro años para los dos primeros de sus nueve mundiales, ni Márquez, que tardó cinco cursos en conquistar los dos primeros de los ocho que posee.

Todo ello ha llegado sin cumplir aún los 20 años. Exactamente a los 19 años y 171 días. Así se las gasta el Tiburón de Mazarrón, la nueva joya del motociclismo mundial que llegará en 2024 a la clase reina con todos los honores, un piloto cuyo encanto y tirón va más allá incluso de lo que hace sobre el asfalto. Y es que la personalidad de este murciano es de esas que no deja indiferente y de las que llama la atención por su espontaneidad y naturalidad, diciendo lo que piensa sin importarle si cae bien o mal lo que dice.

Yo no vengo aquí a hacer amigos”, es una de las frases que le acompaña en su exitoso viaje camino de MotoGP, porque él es uno de esos que no hace prisioneros. Recuerda al mejor Jorge Lorenzo, descarado, atrevido y valiente en su llegada a la clase reina en 2008. A los dos les lleva el mismo representante, Albert Valera, que también vela por los intereses de Aleix Espargaró y Jorge Martín, pilotos que son desde ya son sus nuevos rivales y a los que buscará poner las cosas difíciles desde su estreno en la máxima competición. Lo hará desde el manillar de una GASGAS que en realidad es una KTM pintada de rojo y con la que, tras adaptarse, no se marca ningún objetivo, pero con la que tampoco descarta nada.

Si alguien puede ganar una carrera en su primer año entre los mejores es él, como antes hicieron pilotos de la relevancia de Márquez, Lorenzo o Pedrosa. Esos son los espejos en los que se puede mirar Pedro, y algo que está al alcance de muy pocos. La era Acosta en MotoGP está a punto de empezar, pero antes hay que celebrar una vez más sus títulos de Moto2 y Moto3, porque suponen un inédito e histórico dos en tres que costará volver a ver.

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