15 razones para enamorarse de Roma
La capital italiana es un verdadero museo a cielo abierto. Una ciudad viva, vibrante, con historias que seducen en cada una de sus calles. Estas son las razones (aunque hay muchas más) por las que Roma roba el corazón de quien la visita.
1. La luz de Roma
En Roma todo parece perfecto. La luz, los colores de las calles, el hechizo de cada rincón e incluso el incómodo tránsito de sus vespas pululando por cada esquina. Es imposible pisar Roma y no caer rendido ante sus infinitos encantos.
2. Eterna y monumental
Pocas ciudades hay en el mundo con una historia tan rica y variada. En Roma hay tanto arte y tanto que fotografiar que podrías pasarte todo el tiempo sacando bellas instantáneas. El Panteón, el Foro Romano, la Iglesia de Santa María la Mayor… Pero además, Roma es una ciudad tan fantástica para explorar, que siempre tienes la incógnita de cuál será la siguiente maravilla que te vas a encontrar al torcer la calle.
La ciudad eterna puede presumir de tener uno de los centros históricos más grandes del mundo. Pero además, saliendo de las rutas turísticas, encontrarás también multitud de placitas encantadoras, palacios barrocos o iglesias increibles.
3. El Coliseo
El gran estadio, que data del año 72 d. C., es quizás la atracción turística más conocida y la mejor manera de sumergirte en la historia de la antigua Roma. Situado en Piazza del Colosseo (el nombre italiano del monumento), el famoso anfiteatro es el edificio más grande construido durante el Imperio Romano.
4. Pasear por el Foro Romano
Situado junto a Coliseo, el Foro Romano fue centro de la vida pública y religiosa de la antigua Roma. Alberga entre otras maravillas, Arco de Tito, el Templo de Antonino y Faustina, el Templo de Saturno o la Columna de Foca, de 13 metros y una de las pocas que siguen en pie desde que fuera construida en el año 608.
5. La vista desde la Cúpula del Vaticano (Basílica de San Pedro)
Uno de los grandes motivos para visitar Roma: la Ciudad del Vaticano, que se encuentra dentro y rodeada por Roma, con la importancia artística que representa: alberga la famosa Capilla Sixtina, una gran obra de arquitectura cuyo techo fue pintado por Miguel Ángel. Pero además, las vistas desde la Cúpula del Vaticano es una de las mejores panorámicas y recuerdos que te puedes llevar de Roma.
6. El Trastevere
Es un lugar especial dentro de Roma. Pasear por sus callejuelas sin rumbo, descubriendo cada detalle de las fachadas y viendo el devenir de la gente es uno de los mejores planes que ofrece la ciudad. Este pintoresco barrio, que ha conservado toda su autenticidad, cuenta con numerosos rincones que te robarán el alma. Por cierto que una de las mejores vistas de Roma las encontrarás en el Parque Gianicolo, situado en las alturas de Trastevere.
7. El precioso barrio judío
Desde Trastevere, cruzando la Isla Tiberina, llegarás hasta el barrio judío (el Ghetto) y la Sinagoga. No pierdas la ocasión de pasear por sus callejuelas que te conducen hasta pequeñas placitas con mucho encanto. Y aprovecha para degustar lo mejor de la comida judeo-romana en los restaurantes que hay por la zona.
8. Los Jardines de Villa Borghese
Entre tanta visita a monumentos, Roma también tiene espacios para disfrutar de un relajante paseo. Los Jardines de Villa Borghese, el parque más grande de Roma, ofrece una perfecta combinación de arte y naturaleza, con fuentes, monumentos el Templo de Esculapio. La Galería Borghese cuenta con 20 salas de exposiciones, con pinturas de artistas como Rafael, Tiziano o Caravaggio.
9. El Puente de Sant’ Angelo
Es para muchos el más bonito y elegante de toda Roma. Este magnífico puente que cruza el Tíber, adornado con diez pintorescos ángeles diseñados por Bernini, ofrece una increible vista de la ciudad y el río.
10. Piazza Navona
Y atravesando el puente de Sant’ Angelo sobre el Tiber, llegas a uno de los lugares más emblemáticos y bulliciosos de la ciudad, la Piazza Navona. Además de ser un espacio que alberga a tres importantes fuentes (La Fontana del Moro, la Fontana dei Quattro Fiumi y la Fontana del Nettuno), es también un lugar con mucho ambiente. Podrás disfrutar de las actuaciones de artistas callejeros o aprovechar para comprar alguna pintura de los artistas que exponen en esta plaza sus obras. Aunque en la misma ciudad de Roma tiene muchas rivales, estarás con nosotros en que la Piazza Navona es una de las plazas más bellas de Roma y del mundo.
11. Campo dei Fiori
En Roma cada lugar tiene una historia y guarda la memoria de lo que allí pasó. Era aquí donde se celebraban las ejecuciones públicas, y hoy, esta plaza es uno de los lugares más pintorescos y animados de Roma. Campo dei Fiori es el mercado más antiguo, por las mañanas con puestos de flores, frutas y verduras, y por la noche, se llena de terrazas con mucho ambiente para cenar.
12. Se come de lujo
Roma conquista también por el estómago. Te aseguramos que aquí comerás la mejor pasta de tu vida. La ciudad está llena de ristorantes, trattorias y osterias, donde podrás tomar la mejor pizza de masa fina y crujiente, pastas locales clásicas, o platos típicos, como las alcachofas a la romana. Y nada mejor que terminar una comida romana con un delicioso tiramisú.
13. Disfrutar de un helado artesanal
La capital italiana se descubre también a través de sus helados. Y la tentación surge a cada paso. Los hay de infinitos sabores y colores, y es un rito que hay que cumplir: tomar un gelato sentado en cualquier rincón de esta ciudad, es una de las mejores sensaciones para recordar toda la vida.
14. De compras por la via del Corso
La Via del Corso es la calle principal y más larga del centro histórico de Roma. Es un lugar para las compras, pero sin dejar de disfrutar de numerosos monumentos importantes que salen al paso tanto en esta calle como en las aledañas. Aprovecha para ver la bonita Piazza del Popolo y acercarte hasta las escalinatas de la Plaza España, otro de los lugares claves de la Ciudad Eterna.
15. Fontana di Trevi
Estamos seguros que Roma ya te ha robado el corazón, por lo que tienes que asegurarte la vuelta. Para ello, nada mejor que cumplir con la tradición y tirar una moneda a la cinematográfica Fontana di Trevi. Y hay que hacerlo bien: con la mano derecha por encima del hombro izquierdo, para que funcione.
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